miércoles, 15 de julio de 2009

Testigos de la barbarie: 54 militares israelíes denuncian abusos en Gaza


Una noche, estábamos recibiendo instrucciones cuando el oficial al mando me preguntó si veía algo parpadear en la carretera. Vimos una luz a lo lejos y al rato nos dimos cuenta de que era una persona. Venía caminando en nuestra dirección con una linterna. Llevaba una camisa blanca, larga barba... Era un anciano. Informamos de su presencia y de que aparentemente estaba desarmado. El comandante de la compañía llegó y envió a todos los francotiradores a los tejados. A unos 100 metros ya podíamos asegurar que no llevaba nada. Quizás un cinturón de explosivos. Pero no, lo sabíamos. Solicitamos permiso para hacer disparos de advertencia pero el comandante se negó. El palestino se encontraba a unos 70 u 80 metros y pedimos permiso de nuevo. Estaba cada vez más cerca... Cuando se encontraba a unos 50 metros escuchamos un grito a través de la radio. A partir de esa distancia no hay disparos de advertencia que valgan, sólo fuego de verdad. El hombre llegó a unos 20-25 metros. De repente, se escuchó una ráfaga desde el tejado. El anciano gritó, pero ya todos estaban disparando".
Es uno de los 54 testimonios que forman parte del informe hecho público ayer por la organización israelí Breaking the Silence para denunciar las prácticas ilegales cometidas por algunos soldados israelíes que participaron el pasado mes de enero en la operación militar Plomo Fundido, en la Franja de Gaza. Disparos indiscriminados, uso de civiles como escudos humanos, asalto con fuego real a viviendas en las que se refugiaban familias enteras, destrucción masiva de barrios sin justificación militar o amenaza aparente, uso de fósforo blanco en zonas densamente pobladas, son algunas de las atrocidades cometidas según esta ONG fundada por ex militares israelíes. En Gaza hubo disparos indiscriminados y uso de civiles como escudos humanos.
En el informe, de 110 páginas, también se responsabiliza a algunos rabinos de haber preparado a los soldados para no ver a la población civil de Gaza como inocentes. "Eran los hijos de las tinieblas frente a nosotros, los hijos de la luz. Eso es problemático porque si son hijos de las tinieblas, no se separa a los civiles. No nos lo dijeron explícitamente pero lo lógico es asumir que no hay distinción alguna", asegura el sargento de una brigada de infantería. Otro sargento, de la Brigada Golani, relata cómo tomaron una casa en la que había un anciano diabético muy enfermo. "Estaba mal y el médico de la unidad recomendó evacuarlo y procurarle atención médica pero no se hizo. El hombre no podía andar, habría que haber cargado con él", asegura.
La identidad de todos los militares que han roto su silencio, menos la de uno, permanece en el anonimato porque algunos de ellos siguen en activo en el Ejército. Los autores del informe concluyen que "no se trata de fallos individuales de los soldados sino de fallos de aplicación de valores básicos a nivel del sistema".

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