domingo, 26 de julio de 2009

Keynes, ¿un hombre actual?

Keynes, ¿un hombre actual?
Walden Bello*
Una de las consecuencias más significativas del colapso de la economía neoliberal, con su culto al mercado autorregulador”, ha sido el resurgimiento del gran economista inglés John Maynard Keynes.

No son solamente sus escritos lo que hace a Keynes muy actual. Es, además, el espíritu que los impregna, que evoca la pérdida de fe en lo viejo y el anhelo de algo que todavía está por nacer. Aparte de su clarividencia, sus reflexiones sobre la condición de Europa después de la Primera Guerra Mundial resuenan con nuestra mezcla habitual de desilusión y esperanza:

Inmersos en nuestra actual confusión de objetivos ¿queda algo de lucidez pública para preservar la equilibrada y compleja organización gracias a la que vivimos? El comunismo está desacreditado por los acontecimientos; el socialismo, en su anticuada interpretación, ya no interesa al mundo; el capitalismo ha perdido su confianza en sí mismo. A menos que los seres humanos se unan para un objetivo común o se muevan por principios objetivos, cada mano irá por su lado, y la búsqueda no regulada de los intereses individuales puede rápidamente destruir el conjunto.

El gobierno del mercado

El gobierno debe intervenir para remediar los fallos del mercado. Ésta es naturalmente la gran lección de Keynes, derivada de su forcejeo con el problema de cómo sacar al mundo de la Gran Depresión de 1930. Keynes argumentaba que el mercado por sí solo lograría el equilibrio entre oferta y demanda muy por debajo del pleno empleo y podría permanecer allí indefinidamente. Para impulsar la economía hacia un proceso dinámico que lleve al pleno empleo, el gobierno tiene que actuar como un deus ex machina, invirtiendo masivamente para crear la “demanda efectiva” que reanude y sostenga la maquinaria de la acumulación de capital.

Como medidas preferentes para evitar una depresión, el paquete de estímulos de 787 mil millones de dólares del presidente Barack Obama, así como los estímulos públicos ofrecidos en Europa y China son clásicamente keynesianos. La medida del triunfo de Keynes, después de casi 30 años en la oscuridad, se puede ver en el impacto punto menos que marginal del discurso público de gentes como el republicano Russ Limbaugh, el Instituto Cato y otras especies de dinosaurios neoliberales, con sus jeremiadas sobre la “gran deuda que se pasa a las generaciones futuras”.

Más detalles.

1 comentario:

Klandstino dijo...

Excelente kamarada ke voltees la kara a keynes, bravo, sabias ke amlo es uno de sus grandes autores inspirasionales, bravo da gusto!!
Gracias!!!