lunes, 28 de marzo de 2011

Morena: 7 años de lucha. Video.

¡Vivo se lo llevaron, vivo lo necesitamos!




Como en los peores años del priísmo, de la guerra sucia y de las desapariciones forzadas, nuestro amigo GABRIEL GOMEZ CAÑA de 47 años de edad; quien mantenía un planton en Orizaba, Veracruz en apoyo a un grupo de vendedores ambulantes a los que querian desalojar, fue visto por última vez el viernes 25 de marzo de 2011 cuando llegaba del planton y no aparece. Esperando que se encuentre bien, exigimos al gobierno su inmediata presentación. Gabriel, regresa a casa!

Cualquier información, por favor enviar un email a:
cuasiresistencia.radioamlo@gmail.com

Apoya a esta causa enviando por email, por Facebook o Twitter esta nota, denunciemos los abusos y las desapariciones forzadas.



AMLO y su lanzamiento

AMLO y su lanzamiento Víctor Flores Olea Texto original La Jornada Una mujer del norte dijo al terminar el discurso de Andrés Manuel López Obrador el pasado domingo 20 de marzo en el Auditorio Nacional: Ahora sí tenemos programa, táctica y estrategia, y líder para llegar a la Presidencia en 2012”. Esta mujer mostró más perspicacia política que un buen número de los escritos que se han publicado en la prensa y aparecido en los medios electrónicos, claro que en ella estaba ausente el veneno de los intereses con que se formulan otras opiniones. Sabiendo además escuchar y leer, en lo que tampoco se han mostrado muy duchos buena cantidad de “comunicólogos”. El hecho es que el más importante acontecimiento político de los tiempos recientes se dio precisamente en el Auditorio Nacional ese domingo 20 de marzo. Afirmación de liderazgo político, desde luego, pero además sostenido por un programa de acciones de gobierno que ni remotamente han pergeñado los otros candidatos que también se apuntan al relevo presidencial. En el caso de Andrés Manuel López Obrador hay presencia y sustancia, si se quiere aún más lograda y redonda que en 2006. Muchos dirán más equilibrada y pertinente, una idea de proyecto de nación más sólida y contundente. Tal programático nuevo proyecto de nación ha sido elaborado por distinguidos pensadores y especialistas (excluido el que esto escribe), pero sobre todo ha sido tomado con gran sensibilidad y talento por AMLO, según podrán comprobar quienes lean su discurso de la ocasión, del que ha sustraído “50 acciones indispensables para la regeneración nacional”. Porque de eso se trata: no sólo de proponer una plataforma político electoral, sino un conjunto de normas y valores que se refieren a la ética política y a la moral social y personal, un programa que no únicamente tiene como base y objetivo el triunfo electoral que por necesidad es cuantitativo, sino una reconstrucción del país que se refiere a lo cualitativo y que considera como piedra angular de esa refundación los valores y cultura del México profundo, de las comunidades indígenas, rurales y urbanas, y de todos aquellos nacionales que luchan en distintas trincheras para rehacer el tejido social del país tan desgarrado y degradado en los tiempos recientes. Ante este “nuevo modo de hacer política”, que se exponía en el Auditorio Nacional, las peripecias lamentables que ocurrían a no demasiadas cuadras de distancia, en el Congreso del PRD, “autorreducían” a su mínima expresión el significado de ese partido, “autoenanizando” su presencia. No es que careciera de importancia el destino del PRD, pero en manos de los Chuchos su significado disminuye, se hace irrelevante como medio de “regeneración nacional”, que en el fondo es lo que está en juego, lo que verdaderamente importa para 2012. Para su discurso, Andrés Manuel López Obrador decidió sintetizar en 50 compromisos el amplio programa contenido en el nuevo proyecto de nación. Claro que hay temas que él había mencionado en 2006, lo cual es natural porque tales objetivos no se han cumplido y siguen siendo vigentes, más aún, buen número de ellos se han pervertido y resulta más urgente que nunca reivindicarlos, realizarlos. Recordemos algunos: la lucha electoral por la Presidencia tendría como objeto último alcanzar una democracia en que efectivamente el gobierno sea del pueblo y para el pueblo. Es decir, luchar contra una de las distorsiones mayores de la actual vida pública: los representantes políticos lo son mucho más de los negocios y los intereses económicos que de las necesidades sociales. El estricto respeto a la Constitución es no sólo un principio necesario de legalidad (y de no corrupción), que deben cumplir estrictamente todos los poderes de la Unión, subrayando la especial responsabilidad del Poder Judicial. El presidente de la República estaría sometido a la revocación del mandato, a los tres años de su ejercicio, además de que el gobierno se definiría por aceptar los múltiples diálogos que le propondrían los ciudadanos, y en favor de la tolerancia, la pluralidad, diversidad y transparencia del nuevo México. El Ejército y la Marina gradualmente se retirarían de la guerra contra el narco, y no se les utilizará nunca para resolver conflictos sociales y menos para reprimir al pueblo. En materia internacional, recuperaríamos el prestigio que hemos tenido en América Latina y ante la comunidad internacional. Con Estados Unidos prevalecerá el respeto a las soberanías y se revisará el TLCAN para corregir desequilibrios, al mismo tiempo que se protegerán invariablemente los derechos humanos y laborales de los migrantes. Los medios de comunicación se democratizarán y se romperán los monopolios tanto de la telefonía como de la televisión. Se defenderán los derechos de los trabajadores y se impulsará la democracia sindical, terminando con los cacicazgos vigentes. En lo hacendario se cumplirá con el mandato constitucional de un cobro progresivo, es decir, quien gana más paga más. En la economía se privilegiará la producción sobre la especulación. Se terminarán los privilegios de la alta burocracia. Se construirán cinco refinerías, en vez de importar gasolina. Se impulsarán las pequeñas y medianas empresas y se terminarán los monopolios. Este programa se compromete también a conservar el patrimonio histórico, artístico y cultural de la nación, y, por supuesto, a preservar la diversidad y riqueza del patrimonio natural. Inclusive una lectura rápida del programa nos convence que la realización de estos compromisos daría nacimiento a una República nueva y renovada, regenerada, como dice Andrés Manuel López Obrador. ¿Quién ha sido entonces el verdadero peligro para México?

sábado, 26 de marzo de 2011

Hoy en el Cinito Radioamlo: Anoche soñé contigo (1992)




TÍTULO ORIGINAL: Anoche soñé contigo.
AÑO: 1992.
DURACIÓN: 90 min.
PAÍS: México.
DIRECCIÓN: Marisa Sistach.
REPARTO: Martín Altomaro, Leticia Perdigón, Patricia Aguirre, José Alonso, Moisés Iván Mora, Socorro Bonilla, Fernando Rubio.
GÉNERO: Comedia. Drama.
SINOPSIS: Toto y Quique pasan sus vacaciones de verano montando en bicicleta y espiando a Chabela, la sirvienta de la casa de Quique. A casa de Toto llega una familiar para pasar unos días. Pero no da crédito cuando ve, él que esperaba una mujer entrada en años, que se trata de una atractiva mujer, algunos años mayor que él.
CLASIFICACIÓN: 16+.

Súbanle el volumen y disfruten:

Entre la emigración y el crimen

Entre la emigración y el crimen
Fidel Castro Ruz
Texto original La Jornada

Los latinoamericanos no son criminales natos ni inventaron las drogas.

Los aztecas, los mayas, y otros grupos humanos precolombinos de México y Centroamérica, por ejemplo, eran excelentes agricultores y ni siquiera conocían el cultivo de la coca.

Los quechuas y aymaras fueron capaces de producir nutritivos alimentos en perfectas terrazas que seguían las curvas de nivel de las montañas. En altiplanos que sobrepasaban a veces los tres y cuatro mil metros de altura, cultivaban la quinua, un cereal rico en proteínas, y la papa.

Conocían y cultivaban también la planta de coca, cuyas hojas masticaban desde tiempos inmemorables para mitigar el rigor de las alturas. Se trataba de una costumbre milenaria que los pueblos practican con productos como el café, el tabaco, el licor u otros.

La coca era originaria de las abruptas laderas de los Andes amazónicos. Sus pobladores la conocían desde mucho antes del Imperio Inca, cuyo territorio, en su máximo esplendor, se extendía en el espacio actual del Sur de Colombia, todo Ecuador, Perú, Bolivia, el Este de Chile, y el Noroeste de Argentina; que sumaba cerca de dos millones de kilómetros cuadrados.

El consumo de la hoja de coca se convirtió en privilegio de los emperadores Incas y de la nobleza en las ceremonias religiosas.

Al desaparecer el Imperio tras la invasión española, los nuevos amos estimularon el hábito tradicional de masticar la hoja para extender las horas de trabajo de la mano de obra indígena, un derecho que perduró hasta que la Convención Única sobre Estupefacientes de Naciones Unidas prohibió el uso de la hoja de coca, excepto con fines médicos o científicos.

Casi todos los países la firmaron. Apenas se discutía cualquier tema relacionado con la salud. El tráfico de cocaína no alcanzaba entonces su enorme magnitud actual. En los años transcurridos se han creado gravísimos problemas que exigen análisis profundos.

Sobre el espinoso tema de la relación entre la droga y el crimen organizado la propia ONU afirma delicadamente que “Latinoamérica es ineficiente en el combate al crimen.”

La información que publican distintas instituciones varía debido a que el asunto es sensible. Los datos a veces son tan complejos y variados que pueden inducir a confusión. De lo que no cabe la menor duda es que el problema se agrava aceleradamente.

Hace casi un mes y medio, el 11 de febrero de 2011 un informe publicado en la Ciudad de México por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia de ese país, ofrece interesantes datos sobre las 50 ciudades más violentas del mundo, por el número de homicidios ocurridos en el año 2010. En él se afirma que México reúne el 25% de ellas. Por tercer año consecutivo la número uno corresponde a Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos.

A continuación expone que “…ese año la tasa de homicidios dolosos de Juárez fue 35% superior a la de Kandahar, Afganistán ?la número dos en el ranking? y 941% superior a la de Bagdad…”, es decir, casi diez veces superior a la capital de Irak, ciudad que ocupa el número 50 de la lista.

Casi de inmediato añade que la ciudad de San Pedro Sula, en Honduras, ocupa el tercer lugar con 125 homicidios por cada 100 000 habitantes; siendo solo superada por Ciudad Juárez, en México, con 229; y Kandahar, Afganistán, con 169.

Tegucigalpa, Honduras, ocupa el sexto con 109 homicidios, por cada 100 000 habitantes.

De este modo se puede apreciar que Honduras, la de la base aérea yanki de Palmerola, donde se produjo un Golpe de Estado ya bajo la presidencia de Obama, tiene dos ciudades entre las seis en que se producen más homicidios en el mundo. Ciudad de Guatemala alcanza 106.

De acuerdo a dicho informe, la ciudad colombiana de Medellín, con 87.42 figura también entre las más violentas de América y el mundo.

El discurso del Presidente norteamericano Barack Obama en El Salvador, y su posterior conferencia de prensa, me condujeron al deber de publicar estas líneas sobre el tema.
En la Reflexión de marzo 21 le critiqué su falta de ética al no mencionar en Chile siquiera el nombre de Salvador Allende, un símbolo de dignidad y valentía para el mundo, quien murió como consecuencia del golpe de Estado promovido por un Presidente de Estados Unidos.

Como conocía que al día siguiente visitaría El Salvador, un país centroamericano símbolo de las luchas de los pueblos de nuestra América que más ha sufrido como consecuencia de la política de Estados Unidos en nuestro hemisferio, dije: “Allí tendrá que inventar bastante, porque en esa hermana nación centroamericana, las armas y los entrenadores que recibió de los gobiernos de su país, derramaron mucha sangre.”

Le deseaba buen viaje y “un poco más de sensatez.” Debo admitir que en su largo periplo, fue un poco más cuidadoso en el último tramo.

Monseñor Oscar Arnulfo Romero era un hombre admirado por todos los latinoamericanos, creyentes o no creyentes, así como los sacerdotes jesuitas cobardemente asesinados por los esbirros que Estados Unidos entrenó, apoyó y armó hasta los dientes. En El Salvador, el FMLN, organización militante de izquierda, libró una de las luchas más heroicas de nuestro continente.

El pueblo salvadoreño le concedió la victoria al Partido que emergió del seno de esos gloriosos combatientes, cuya historia profunda no es hora de construir todavía.

Lo que urge es enfrentar el dramático dilema que vive El Salvador, del mismo modo que México, el resto de Centroamérica y Suramérica.

El propio Obama expresó que alrededor de 2 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos, lo cual equivale al 30% de la población de ese país. La brutal represión desatada contra los patriotas, y el saqueo sistemático de El Salvador impuesto por Estados Unidos, obligó a cientos de miles de salvadoreños a emigrar a aquel territorio.

Lo nuevo es que, a la desesperada situación de los centroamericanos, se une el fabuloso poder de las bandas terroristas, las sofisticadas armas y la demanda de drogas, originadas por el mercado de Estados Unidos.

El Presidente de El Salvador en el breve discurso que precedió al del visitante, expresó textualmente: “Le insistí que el tema del crimen organizado, la narcoactividad, la inseguridad ciudadana no es un tema que ocupe sólo a El Salvador, Guatemala, Honduras o Nicaragua y ni siquiera México o a Colombia; es un tema que nos ocupa como región, y en ese sentido estamos trabajando en la construcción de una estrategia regional, a través de la Iniciativa CARFI.”

“…le insistí, en que este es un tema que no sólo debe ser abordado desde la perspectiva de la persecución del delito, a través del fortalecimiento de nuestras policías y nuestros ejércitos, sino que también enfatizando en las políticas de prevención del delito y por lo tanto, la mejor arma para combatir en sí la delincuencia, en la región, es invirtiendo en políticas sociales.”

En su respuesta el mandatario norteamericano dijo: “El Presidente Funes se ha comprometido a crear más oportunidades económicas aquí en El Salvador para que la gente no sienta que debe enrumbarse al norte para mantener a su familia.”

No necesito una palabra más para expresar la esencia de una situación dolorosamente triste.

La realidad es que muchos jóvenes centroamericanos han sido conducidos por el imperialismo a cruzar una rígida y cada vez más infranqueable frontera, o prestar servicios en las bandas millonarias de los narcotraficantes.

¿No sería más justo ?me pregunto? una Ley de Ajuste para todos los latinoamericanos, como la que se inventó para castigar a Cuba hace ya casi medio siglo? ¿Seguirá creciendo hasta el infinito el número de personas que mueren cruzando la frontera de Estados Unidos y las decenas de miles que ya están muriendo cada año en los pueblos a los que usted ofrece una “Alianza Igualitaria”?

Fidel Castro Ruz

Marzo 25 de 2011

8 y 46 p.m.

Morena: se dan clases de tejido... social

Morena: se dan clases de tejido... social

Jaime Avilés


Adolescentes de una escuela privada se manifestaron por que haya paz en el país, este viernes cerca de la fuente de Cibeles, en la colonia Roma Norte Foto Alfredo Domínguez


Para transformar el país, el pueblo necesita tomar el poder. Para tomar el poder, tiene que reunir 25 millones de votos en las elecciones del 1º de julio de 2012. Para lograr esa meta, deberá triunfar en la mayoría de las 65 mil casillas (o secciones electorales) que el IFE instalará ese día. Para alcanzar la victoria en la casilla que nos toque, hay que ponernos a trabajar desde ya.

Ante todo, es indispensable contar con una credencial de elector. ¿Usted ya posee la suya? Pues cuídela: cuando no la use guárdela bajo siete llaves. Es una herramienta de trabajo, pero también un arma para derrotar al crimen organizado (Salinas + Calderón + las televisoras + la oligarquía mexicana y española) por la vía pacífica.

En la parte baja de su credencial busque el número de la “sección” (o casilla) donde votará el mero día. Localice en Internet el mapa del territorio que abarca esa sección; hable con los amigos, parientes y conocidos que vivan dentro de ese perímetro e invítelos a formar un comité coordinador, y organícense todas y todos para ir, casa por casa, cuadra por cuadra, manzana por manzana, edificio por edificio, haciendo contacto con otras personas que estén hartas de Calderón, del PRI, del PAN, del PRD y del desempleo, la carestía y la violencia, para invitarlas a sumarse a la lucha.

Ahora bien, preguntarán con justificado escepticismo, ¿luchar para qué? Bueno, para ganar la Presidencia y la mayoría en las cámaras de Diputados y Senadores: si queremos evitar que el país termine de desbaratarse, nos urge un presidente que tenga amplio respaldo popular y un Congreso con una clara definición política. Juntos con el pueblo, ambos pueden impulsar cambios de fondo a corto plazo.

Un presidente fuerte, por ejemplo, el día de su toma de posesión, puede derogar por decreto las pensiones de los ex presidentes, reducir a la mitad los sueldos de la alta burocracia –de directores generales a secretarios de Estado—, eliminar bonos, viáticos, servicios médicos privados, cajas de ahorro especiales y otros privilegios, para destinar esos recursos a la educación, la salud, el deporte, la creación de empleos, la investigación científica y tecnológica, el rescate social de espacios conquistados por la delincuencia...

Apoyado por el pueblo y por el Congreso, un presidente fuerte puede ordenar la construcción inmediata de cinco refinerías: gracias a ellas, a partir de 2015, dejaríamos de importar gasolina y nos ahorraríamos 10 mil millones de dólares anuales. Puede, asimismo, prohibir que los consorcios españoles sigan produciendo y vendiendo energía eléctrica a la Comisión Federal de Electricidad, en perjuicio de los consumidores que pagamos por eso tarifas prohibitivas.

Si la destrucción del campo es uno de los factores que fomentaron la siembra de drogas donde antes se cosechaban frutas y verduras, un presidente fuerte puede exigir la revisión del TLCAN –para renegociar, por ejemplo, las cláusulas que prohíben al gobierno mexicano subsidiar a los campesinos de acá, mientras los de Estados Unidos gozan de todo tipo de créditos oficiales allá–, y puede también desarrollar nuevas políticas agropecuarias, con objeto de facilitar que los migrantes regresen a sus comunidades a reconstruir los pueblos y las milpas, y los jóvenes urbanos desempleados se trasladen al medio rural y contribuyan a la producción de alimentos, para que dejemos de importarlos.

Un gobierno fuerte, mediante los buenos oficios del Congreso, puede remplazar el actual régimen de captación tributaria por un sistema mucho más sencillo, que según cálculos del experto economista Rogelio Ramírez de la O, elevaría en 500 mil millones de pesos (o 50 mil millones de dólares) al año la recaudación de impuestos.

En 2006, Andrés Manuel López Obrador ofreció un programa de 50 puntos para transformar al país. Calderón y los levantacejas se cansaron de burlarse preguntándole –sin permitirle responder– de dónde sacaría el dinero para tantas cosas. Bueno, aquí están las recetas: ninguna de ellas imposible (¿construir cinco refinerías?, ¿reducir sueldos de altos burócratas?, ¿facilitar el pago de impuestos?), pero requieren de una voluntad política colectiva, de una férrea disciplina y de una gran honestidad para que sean exitosas.

El domingo pasado, en el Auditorio Nacional, durante la presentación del nuevo Proyecto Alternativo de Nación, que discutieron y redactaron decenas de intelectuales de altos vuelos al servicio del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Ramírez de la O demostró que es posible abaratar los precios de los servicios si los monopolios dejan de serlo –que Telmex tenga su red de televisión y Televisa su empresa telefónica, por ejemplo, para que compitan bajando tarifas–, pues el predominio de cada uno de ellos “en estos 10 años de gobiernos del PAN apoyados por el PRI” ha ocasionado una pérdida, o sea, un no crecimiento del producto interno bruto, valuado en 350 mil millones de dólares.

Mientras en el sótano de la pirámide social los pueblos indios reciben cada año menos de uno por ciento del gasto público, “400 grandes corporaciones tienen ingresos anuales por 6 billones de pesos pero no pagan impuestos”, como no los pagan tampoco quienes especulan en la Bolsa de Valores, ni las empresas mineras (la del Cerro de San Pedro, en San Luis Potosí, obtiene 20 millones de dólares al mes), que destruyen la tierra, se llevan íntegras sus alucinantes ganancias y no dejan ningún beneficio.

¿Vale la pena organizarse para ganar las elecciones presidenciales de 2012 en la casilla donde nos toque votar? A la luz de lo expuesto en esta plana, ¿tiene México recursos para volver a crecer económicamente y posibilidades de superar la miseria, el terror y el desconsuelo al que creen que nos condenaron para siempre Salinas, Calderón y las televisoras?

Uno de los rasgos más positivos de la lucha pacífica propuesta por López Obrador en el territorio de la casilla electoral donde votaremos, es que para construir esa mayoría de vecinos, parientes y amigos, tendremos que hablar también con quienes piensan distinto y creen en otros proyectos: dialogar con ellos, oírlos, entender sus problemas y exponerles los nuestros, buscar soluciones comunes y buenas para todos, implicará iniciar un proceso de reconciliación, por ejemplo, con los amables panistas que viven en el piso de abajo, con el joven matrimonio de izquierda que nos saluda desde el edificio de enfrente pero simpatiza con la otra champaña, con el maestro plomero que desconfía de AMLO desde el plantón de Reforma, con la señora que nos vende los discos pirata en la tintorería, con la veterana prostituta que hace más de 40 años atiende en la misma esquina, con la Narda de la fonda que sirve comidas corridas...

Con tal de que un pigmeo maligno se robara la Presidencia, los obispos mandaron a las beatas a pedir a los ingenuos que le rezaran a la Virgen para que AMLO no llegara al poder; al mismo tiempo, cada dos minutos, la tele repetía que AMLO era un peligro para México, y propagandistas de toda laya, nos hundieron en un clima de odio que desató la peor carnicería de nuestros tiempos. Para ganar las elecciones del año próximo en la casilla que nos toque, debemos hablar, pero ya, con nuestros vecinos, organizarnos y reconciliarnos. Al hacerlo, todas y todos reconstruiremos el tejido social, y poco a poco empezaremos a ponerle fin a la estúpida guerra del monstruito.

jamastu@gmail.com

viernes, 25 de marzo de 2011

“Otra vez la burra al trigo… y los cuervos al petróleo”

“Otra vez la burra al trigo… y los cuervos al petróleo”
Javier Jiménez Espriú
Texto original: La Jornada

Nuevo embate panista contra la industria petrolera. La imagen corresponde a la refinería Lázaro Cárdenas, en Minatitlán Foto Notimex

Un nuevo embate contra la industria petrolera mexicana aparece tanto como estrategia para la desintegración de Pemex, que como medida de distracción –también estratégica– para quitar la atención sobre los contratos incentivados –anticonstitucionales– que la dirección de Pemex ha anunciado para licitación.

Con una extensa “Exposición de motivos” de 15 cuartillas, en donde no encontré ningún argumento diferente a los que plantearon hace tres años, y que fueron rechazados no sólo por el Congreso que “representa al pueblo”, sino por el pueblo mismo –independientemente de lo que hiciera su representación– en una gesta memorable, un grupo de senadores panistas propone un decreto que modifique el artículo 28 de la Constitución para dejar como área de exclusividad del Estado, en lo referente a la industria petrolera, sólo la exploración y la explotación de los hidrocarburos, lo que por otro lado, a través de los contratos incentivados recién anunciados piensan nulificar, sin necesidad de modificar la Constitución, sino dándole sólo una violadita.

Se trata de una nueva versión de la vieja letanía para la entrega de la refinación y los ductos de transporte de hidrocarburos y todo lo que se llama “la corriente aguas abajo” a la iniciativa privada. ¡Otra vez la burra al trigo… y los cuervos al petróleo!

A falta de nuevos argumentos, y para darle peso a su propuesta, de lo que carece, los señores senadores invocan al general Lázaro Cárdenas –¿sofistas o cínicos?– como la fuente inspiradora de su iniciativa para “fortalecer a Pemex y darle viabilidad”, lo que según ellos no tiene. Esa era la idea del general presidente, nos señalan aparentemente sin que les temblara la pluma. ¡Qué cachaza! Ahora querer enarbolar la bandera del general Cárdenas para sus propósitos antinacionalistas.

¿Será esta nueva andanada contra la industria petrolera una de las monedas de cambio del presidente Calderón para que le quitaran de enfrente al embajador Pascual? ¿Será la intención de cumplir compromisos anteriores con el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y sus dueños? ¿Se trata de confirmar que este gobierno es como el anterior, un gobierno para empresarios? o es simplemente asunto de negocios –¡Pemex is Pemex, but business is business!– que quieren cerrar antes de irse para cosechar las utilidades. Lo más probable es que todo sea un solo paquete.

Hace un par de semanas escribí, con motivo de los contratos integrales anunciados por Pemex, un artículo que publicó La Jornada, que titulé “Banderazo para arriar la bandera de Pemex”, que terminaba con dos párrafos que transcribo porque son válidos para el tema que ahora abordo. Dicen así:

“Ya en ocasión anterior, después de aprobada la ‘reforma energética’, expresé que se había logrado detener la entrega total de Pemex, pero que no había que bajar la guardia, porque vendrían nuevos embates. Estos han seguido y, con renovados ánimos y con renovado secretario de Energía, ahora aparecen para tratar de asestar un golpe mortal a nuestra industria petrolera.

“Con la misma tenacidad de los agresores, quienes queremos a Pemex como una industria nacional apegada a lo que define nuestra ley superior, lo defenderemos sin descanso, con la ventaja de que a nosotros nos asiste la razón legal y los sentimientos de la nación”.

jimenezespriu@prodigy.net.mx

jueves, 24 de marzo de 2011

Vargas Llosa: el escritor y la marca

Vargas Llosa: el escritor y la marca
Abraham Nuncio
Texto original. La Jornada. México.

Mario Vargas Llosa, el reciente Premio Nobel de Literatura, se refirió a lo que Alfonso Reyes denominó simpatías y diferencias –título, como se sabe, de uno de sus textos–, en las palabras que pronunció durante una ceremonia previa en la Biblioteca Universitaria Capilla Alfonsina de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) a aquella donde le fue otorgado el Premio Internacional Alfonso Reyes.

Tomaré en este artículo los términos de Reyes mencionados por Vargas Llosa para referirme a éste como escritor y como figura pública.

Dos semanas antes de que tuviera lugar la entrega de ese premio, la propia UANL organizó una mesa de discusión en torno a la obra del autor, una de las más vastas, ricas y diversas de la literatura hispanoamericana. Invitado a participar, allí dije cómo me volví lector asiduo de esta obra. Cuando nuestra generación de lectores –y la de más arriba– descubríamos le nouveau roman (la nueva novela y también la pintura abstracta, la música electroacústica y otros adelgazantes de la memoria) donde las técnicas narrativas se situaban por encima del significado ideológico y cultural de las tensiones humanas, el grupo de escritores latinoamericanos conocidos como el-boom-de-la-literatura-latinoamericana irrumpía en la literatura universal con un nuevo lenguaje y otras técnicas, sí, pero arraigados en la realidad de nuestros países, en sus problemas, mitos, dramas y cultura.

Los libros que atrapan a sus lectores –no a todos, claro– son aquellos donde el autor pareciera estarlos adivinando en algún aspecto de su biografía o revelarles lo que en su voluntad expresiva permanece inédito. La lectura de La ciudad y los perros tuvo para mí este efecto. El cadete Vargas Llosa en el Colegio Militar Leoncio Prado y el cadete Nuncio Limón en la Universidad Militar Latinoamericana habían conocido el micromundo castrense y su orden rígido y preñado de abusos, crueldad y abyección, así fuese atenuado por un armazón entre mercantil y escolar. Pero el ex cadete Vargas Llosa, con la fuerza de la que sólo es capaz el realismo de un buen novelista, actualizó pleno de una riqueza cultural y de matices sicológicos lo que el ex cadete Nuncio Limón sólo mantenía como un recuerdo incómodo.

A partir de esa lectura, y hasta El sueño del celta, no he dejado de leerlo. Los primeros amores se tatúan en nuestro sistema de preferencias y siempre volvemos a ellos por distintas vías. Con diferentes connotaciones, el tema del poder y las armas en La guerra del fin del mundo y La fiesta del chivo, Vargas Llosa me ha convencido una y otra vez de su narrativa magistral, a pesar de mis diferencias crecientes con su biografía política. Ni siquiera el haberlo conocido fugazmente me apartó de su lectura. Fue durante el único encuentro –creo– de la plana mayor del boom latinoamericano (el propósito era crear la revista Libre, de vida casi tan breve como esa reunión) entre Avignon y Saignon, un villorrio en la Provenza donde Julio Cortázar tenía una pequeña casa de campo. Personalmente me pareció un tanto retraído, demasiado formal y poco creativo en sus expresiones verbales, sobre todo al lado de Carlos Fuentes y el propio Cortázar. (A esa reunión yo asistía en calidad de oyente, gracias a la invitación de Carlos.)

Leo a Vargas Llosa, a Borges, a Octavio Paz. Su prosa o su poesía forman parte de mi ser literario. Pero no puedo pasar por alto sus injusticias: si la literatura propicia la capacidad crítica, como dijo el peruano a los jóvenes en Monterrey, a ellos los hizo conscientes de que servían –Vargas Llosa sigue sirviendo– a los intereses de las grandes potencias en contra de países frágiles, como los nuestros, o a poderes dictatoriales en contra de sectores indefensos por oponerse al imperialismo o a poderes despóticos.

El de Vargas Llosa es un caso extremo. Leamos: “Los crímenes de Stalin son abominables, sin duda. Pero peores son aquellos que convierten a la mayoría de la humanidad en una mera fuerza de trabajo, destinada a llenar los bolsillos de la minoría que es dueña del capital y de los útiles de producción y que ejerce, en la práctica, el monopolio de la cultura, la libertad y el ocio”. (Contra viento y marea. 1962-1982). De este tipo de posiciones, Vargas Llosa fue rotando hacia un deslinde con los símbolos y los protagonistas del socialismo –en algunos casos con motivos fundados– hasta optar por “la libertad” (identificada con las potencias capitalistas) y en contra de “la igualdad” (identificada con los países socialistas). Ya en ese libro asomaba lo que sería, al cabo, su rechazo a todo aquello que significara socialismo: “La libertad es siempre mayor en estas sociedades (el ejemplo que da de Estados Unidos hace ver claro a cuáles se refiere, y lo subraya el ejemplo complementario: la crítica contra el régimen cubano), (aun cuando sean dictaduras políticas, sic), que en las igualitarias, porque en ellas el poder no está concentrado en una sola estructura sino dispersado en varias, que compiten entre sí y recíprocamente se neutralizan”.

Stalin se fue y los dueños del capital se quedaron. ¿Sus monopolios permiten que el poder sea el resultado de órganos que compiten entre sí y recíprocamente se neutralizan? Decía entonces el Nobel, ya con una pierna en Estados Unidos y la otra en España: “No creo que Reagan signifique la guerra.” ¿No fue una guerra, decidida por este presidente en favor de los monopolios, la que le permitió a su gobierno invadir Granada? A medida que iba siendo galardonado con diversos premios fuera de América Latina, Vargas Llosa se convertía en el opuesto del hombre que en algún momento se autodefinía como “socialista y revolucionario”. Al cabo discurso socialista y esto lo hizo candidato de la coalición de derecha llamada Frente Democrático en las elecciones contra Fujimori. Más tarde, congruente con la otra cara de su propia moneda, “no le alcanzaban las palabras para alabar las políticas de exterminio de George W. Bush”, como escribió la narradora regiomontana Dulce María González.

Así no lo quisiera, Mario Vargas Llosa es ahora una más de las marcas de eso que somete a América Latina –son sus palabras– al “imperio que la saquea”. Es el imperio de los monopolios, que pueden llamarse BBVA o Citigroup. Tanto da que el imperio sea español o estadunidense.

lunes, 21 de marzo de 2011

De la cumbia Morena a la revolución de las conciencias

De la cumbia Morena a la revolución de las conciencias


El ex candidato presidencual e intelectuales invitados al acto en el Auditorio Nacional Foto Carlos Ramos Mamahua

Jaime Avilés

Periódico La Jornada
Lunes 21 de marzo de 2011, p. 13

Rara vez una organización de izquierda nace tan completa. “Aquí hay proyecto, hay programa, hay táctica, hay estrategia, hay himno, hay líder y hay pueblo”, dijo ayer una estusiasta del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que desafiando mil peligros viajó en autobús desde el norte de Coahuila para conocer los 50 puntos del Nuevo Proyecto Alternativo de Nación y la pegajosa cumbia magonista del veracruzano Byron Barranco, que desde sus primeras notas alborotó al público.

Cinco oradores –Armando Bartra, Víctor Flores Olea, Rogelio Ramírez de la O, Héctor Díaz Polanco y Raquel Sosa– exaltaron, uno, la importancia de la organización de las bases sociales para, dos, desarrollar una nueva política interior y exterior; tres, una nueva economía; cuatro, una revolución de las conciencias y, cinco, la restauración del Estado como espacio de “felicidad y libertad”, a efecto, diría Andrés Manuel López Obrador, de “refundar la República”.

Nada más, pero nada menos. Eran las 10 de la mañana con 10 minutos y las 10 mil butacas del Auditorio Nacional estaban ocupadas por personas que, pasando grandes penurias, vinieron al Distrito Federal de todo el país, mientras en el presídium decenas de intelectuales aguardaban a los lados y detrás de López Obrador, sentados en dos filas, cuando entró al escenario un gordito con uniforme del Reclusorio Oriente, como el del protagonista de Presunto culpable, y comenzó a limpiar el piso con un mechudo.

Fajina con ritmo

Estaba peinado de trencitas, como Ed Norton en la película Karma, y Claudia Sheinbaum, la maestra de ceremonias, intentó correrlo, pero de pronto las torres de sonido estallaron al compás de una música de tambores, sintetizador y acordeón, y el supuesto presidiario que hacía fajina se desabotonó el uniforme para mostrar una camiseta que ostentaba una sola y liberadora palabra: “Morena”, que es también el título de su nuevo hit.

“Raza de bronce de piel morena/ pueblo de México en general/ vamos unidos a la faena/ por la regeneración total//. Para lograrlo se necesita/ nomás tu credencial de elector/ si es que la patria recapacita/ y cuida tu voto libertador/. Que la derecha ya no descuadre/ el resultado de la elección/ para que no nos vengan con fraude/ sólo hace falta organización. ¡Morena!”, cantaba Byron Barranco, bailando micrófono en mano, y la gente coreaba ese rítmico “¡Morena!”, intercalado en el estribillo: “(¡Morena!) El movimiento del pueblo unido para cambiar/ (¡Morena!) la vida pública lograremos regenerar/ (¡Morena!) el pueblo puede salvar al pueblo, tengamos fe/ (¡Morena!) te invito a ser un protagonista, haz tu comité...”

Así, con esta alegría, entre aplausos para el cantautor que ganó por concurso el derecho de grabar el himno del Morena, arrancó la sesión de trabajo. A nombre de los estudiosos del campo, Armando Bartra reveló que si bien México legó al mundo la semilla básica del chocolate, actualmente, en todo el país, pocas hectáreas producen cacao. Y tras subrayar que “sin organización esta lucha no tiene nervio ni músculo ni sangre”, compartió la observación de un agricultor chiapaneco, quien propuso crear el delito de “corrupción”, inexistente en los códigos penales, y el agravante de “impunidad”, que tampoco se contempla en ninguna ley.

A su vez, el economista Ramírez de la O habló de los recursos fiscales que pretende obtener el gobierno que el año próximo podría surgir del Morena. Para que todos los productores sean eficientes, “y no sólo unos cuantos”, dijo, el Estado les venderá energéticos a precios competitivos, creará infraestructura, invertirá en educación y salud y combatirá los monopolios. Impulsará proyectos de desarrollo regional de alto impacto, apoyará la agricultura, la reforestación, la pesca, la ciencia y la tecnología en beneficio de los más desfavorecidos. Eliminará las pensiones de los ex presidentes y los privilegios de la alta burocracia, con lo que “se ahorrarán cientos de miles de millones de pesos”. Por otra parte, sin imponer el IVA a alimentos y medicinas, pero simplificando el pago de impuestos, la Secretaría de Hacienda captará “500 mil millones de pesos” más cada año.

Flores Olea, profesor y diplomático, al esbozar las características de la política exterior del eventual gobierno morenista aseguró que “México dejará de ser el sur del norte para volver a ser el norte del sur”, en claro rechazo al sometimiento de Los Pinos a la Casa Blanca, y en señal de compromiso con los pueblos de América Latina que luchan por un modelo alterno al neoliberal.

Al antropólogo Díaz Polanco le tocó definir el punto de vista que el nuevo proyecto tendrá sobre la cultura, y dijo que cuando se habla de “alcanzar crecimiento económico, democracia, desarrollo y bienestar”, se indica que esto “sólo será posible mediante una revolución de las conciencias, sustentada en la cultura del pueblo mexicano”, lo que implica, precisó, adoptar “medidas profundas en el campo de la educación, la investigación científica y tecnológica” y “la promoción y la gestión cultural”, sin olvidar que “sin ética no hay estética”.

Única oradora de un grupo de 35 intelectuales en el que había seis mujeres más, Raquel Sosa, secretaria del gobierno legítimo, señaló que se debe refundar el Estado nacional como un espacio “para la felicidad y el bienestar” en “cada una de nuestras comunidades” para que “finquemos nuestra confianza en sólidas relaciones basadas en el respeto, el aprecio por los demás (y) la solidaridad verdadera”.

Y entonces, antes del discurso de López Obrador, las pantallas electrónicas de la gran bóveda de Reforma, estrenaron el videoclip de Morena, y entre los versos de Byron Barranco apareció un microbús, de la línea Morena por supuesto, al que a su paso por la Avenida Democracia Verdadera se van trepando hombres y mujeres de todas las clases sociales, hasta que el moderno y limpio transporte topa con una carcacha, pintada de blanco y azul, y recoge a sus pasajeros que de muy mal humor piden un aventón que los saque del hoyo en que se encuentran.

“Morena hija, morena hermana/ morena madre de la nación/ protege la lucha mexicana/ cuida las urnas en la elección//. Que la derecha ya no descuadre/ el resultado de la elección/ para que no nos vengan con fraude/ sólo hace falta organización.//”

Recalentado el buen humor de la mañana dominguera por las imágenes del videoclip, Andrés Manuel tomó la palabra, vestido de negro con corbata roja, para suscitar numerosas ovaciones mientras leía los 50 puntos del Nuevo Proyecto Alternativo de Nación –los aplausos subieron de tono cuando prometió revisar el TLCAN, democratizar los medios de comunicación, acabar con el cacicazgo de Elba Esther Gordillo, correr a Genaro García Luna, cobrar impuestos a las mineras, construir cinco refinerías, prohibir la siembra de transgénicos, fomentar cooperativas como la de Pascual, apoyar a las comunidades indígenas, impedir que los jóvenes sigan cayendo “asesinados por la guerra estúpida de Calderón”, entre otros–, pero no sólo ofreció el remedio, sino también el trapito.

Para “derrotar a la oligarquía por la vía pacífica (y) establecer una verdadera democracia”, informó que Morena va a crear un comité ciudadano alrededor de cada una de las 65 mil casillas para votar que hay en México, “a fin de evitar un nuevo fraude electoral”, y reiteró que si a finales de diciembre hay 4 millones de “protagonistas del cambio” afiliados al movimiento, y en 2012 cada uno de ellos convence a cinco personas más, para julio se podrá “contar con 20 millones de ciudadanos que lleven a cabo la transformación del país sin violencia”.

De todo esto se hablaba ayer por la mañana en el Auditorio Nacional, mientras sin proyecto, ni programa, ni táctica, ni estrategia, ni líder, ni pueblo, en otro lado de la ciudad se deschongaban los que pelean por los despojos del PRD.

Izquierda sin partido y partido sin rumbo

Izquierda sin partido y partido sin rumbo
Editorial de la jornada

Mucha es la carga simbólica, pero también mucha la sustancia de los encuentros realizados ayer –con marcadas diferencias en cuanto a contextos, ánimos y contenidos– por los dos principales núcleos de la izquierda legalista en México. En el primero de ellos, las distintas corrientes representadas en el Consejo Nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) volvieron a exhibir ante la opinión pública sus divisiones internas durante el proceso de elección de una nueva dirigencia nacional, proceso que ha estado centrado en las negociaciones, los jaloneos y las disputas abiertas por la conquista y conservación de cotos, cuotas y posiciones de poder.

De su lado, en un encuentro realizado en el Auditorio Nacional, el dirigente del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer su nuevo proyecto alternativo de nación, integrado por una cincuentena de directrices de diversas índole –viraje en la política económica, promoción de la competencia, democratización de las telecomunicaciones, libertad sindical, justicia social y desarrollo, transparencia y combate a la corrupción, rescate de la educación y la salud públicas, entre otras–, y reiteró la intención de su movimiento de participar en los comicios presidenciales de 2012.

El hecho de que los dos actos referidos se hayan desarrollado el mismo día –si bien el cónclave perredista se extendió desde el sábado hasta las últimas horas de ayer– da cuenta de una virtual escisión entre el movimiento lopezobradorista y los aparatos que se disputan el dominio del PRD. Si se atiende a los contrastes observados entre ambas reuniones, las diferencias parecen difícilmente reconciliables: mientras en el encuentro perredista los liderazgos de las distintas corrientes del sol azteca dejaron de lado discusiones de índole ideológica y programática, en el encuentro lopezobradorista se presenció justamente lo contrario: la presentación de un proyecto de país, las formulaciones ideológicas y un programa de acción y de gobierno claramente definido.

Los liderazgos perredistas podrán lograr acuerdos sobre el control del aparato político del partido, pero es claro que éste ha dejado de ser punto de referencia y de confluencia para buena parte de las fuerzas políticas de signo progresista, y que ha perdido su condición de articulador entre la política formal y los movimientos sociales y populares: dicho papel es desempeñado actualmente por el movimiento ciudadano encabezado por el político tabasqueño y, sin los contenidos y el caudal de votantes reunidos en esa expresión, parece difícil que el PRD pueda aspirar a un buen resultado en los procesos electorales venideros.

Las actos celebrados ayer constituyen, en suma, la fotografía de una izquierda dividida en dos polos: por un lado, el integrado por una fuerza ciudadana amplia y creciente, mayoritariamente organizada y desplegada al margen de los institutos políticos; por el otro, el que representa un partido distanciado de los movimientos sociales, y carente de causas y de banderas más allá de la preservación de los espacios de poder político conquistados, en buena medida, gracias al impulso de la resistencia cívica que se aglutinó en torno a la candidatura presidencial de López Obrador en 2006, la cual permanece unida –así quedó demostrado ayer– en el rechazo a las políticas privatizadoras y antipopulares del gobierno en turno y en la delineación de una nueva República. El saldo del virtual deslinde escenificado ayer no es reconfortante: de un lado, el movimiento de izquierda más visible del país, carente de partido; del otro, un aparato partidista volcado al pragmatismo extremo y desprovisto de rumbo y de proyecto político.

sábado, 19 de marzo de 2011

La hora de la verdad para el PRD

La hora de la verdad para el PRD

Paco Ignacio Taibo II
La jornada

Trece de las muchas maneras de convertir un partido político de izquierda en una lata de sardinas.


1) Coloque en el centro, en el único centro de su vida, sagrado y unidimensional la lucha electoral. No lo diga, pero en el fondo de su corazón mantenga la firme creencia de que las luchas sociales estorban los momentos claves y definitorios de la vida del partido, los verdaderos, que tiene que ver con la selección de candidatos, las campañas electorales, las reuniones para medir las fuerzas y repartir las cuotas, el reparto de zonas de influencia.

2) Convierta a una buena parte de los militantes en asalariados, que dependan para su supervivencia del aparato y la jerarquía. Salve a esa militancia de trabajos mal pagados de maestros, chambas de medio tiempo, ventas de miel de colmena que manda la abuelita o enciclopedias británicas a domicilio. Aproveche que toda una generación de militantes, la de los 60-70, está quemada económicamente, que deben la renta y ellos están tres meses atrasados con la pensión alimentaria. Construya un partido "moderno" de empleados y no de activistas.

Conviértase usted mismo y toda la dirección nacional en asalariados de lujo, con prebendas, asistentes, choferes paseadores de esposas y esposos, ayudantes que hacen el súper. Dé por buena la teoría de que un diputado tiene derecho a ganar 50 veces lo que gana un obrero.

Reparta cargos de elección popular, de administradores públicos; cree centenares de asalariados del propio partido a nivel municipal, delegacional, estatal, nacional. Distribuya infatigablemente creando empleos y no apoyos económicos para la realización de tareas. Reparta esos empleos generando lazos de afinidad con los que los reciben, deudas a ser pagadas, fidelidades, servidumbres.

Construya paulatinamente una situación en la que en la cabeza de los militantes aparezca la idea de eternidad asociada a la idea de chamba. Establezca que la única continuidad en la vida es la del empleo que ofrece el partido. Que en la realidad política mexicana se puede construir una rueda de la fortuna donde nomás se va cambiando de asiento: de regidor de ayuntamiento a miembro de dirección estatal, a diputado, a senador, a viceministro.

3) Abandone cualquier radicalismo. No sólo el radicalismo no es "moderno", sino que espanta. En la realpolitik lo políticamente correcto no tiene aristas. Ponga de moda la noción de que lo ideal es el centro, que el centro atrae votos indecisos, gana elecciones. Dé por buena la idea muy estadunidense de que se gobierna con las encuestas, que no se trata de convocar a la población y llevarle visiones, reflexiones, ideas, sino que se trata de adoptar sus dudas, sus miedos, sus prejuicios. Declárese ferviente partidario de la búsqueda del centro, aunque no lo diga. No permita que por ahí se ande diciendo que en política el centro es la nada.

4) Convierta todo debate de ideas en un debate de posibilidades. Ponga siempre por delante la idea de que el objetivo es alcanzar el poder. ¿Para hacer qué con el poder? Eso no importa.

Despolitice la política, vuélvala un juego de posibilidades donde los principios se desvanecen, las ideas del cambio profundo pasan al rincón de los juguetes viejos, la utopía es considerada una mala palabra. Declare abolido el trabajo de formación política. Declare difuntos a Marx y a Sandino, a Ho Chi Minh y a Pancho Villa, al cura Hidalgo (excepto en ceremonias) y a Bakunin. Simplemente no son modernos.

Acepte pragmáticamente cualquier tipo de alianza, con quien sea con tal de medio ganar una elección. Alíese con el que despide electricistas, con el que está en contra de las leyes progresistas del aborto o el matrimonio homosexual, con el que declara al Fondo Monetario Internacional su santo patrón. Ignore esas pequeñas diferencias con tal de ganar-perder una elección.

5) Dé por buena la idea de que una pequeña parte de corrupción es admisible, no mucha, no saqueadora, apenas funcional; que no tiene nada de malo recibir apoyos económicos de un gobernador priísta o que un alto funcionario panista le ofrezca a su grupo tres camionetas.

6) Adquiera los estilos y las formas del poder, conviva respetuosamente con el enemigo, reúnase frecuentemente con él en restaurantes y cantinas, salúdelo amablemente cuando lo tenga en el asiento de al lado de una Cámara de Senadores. No les crea a los que andan diciendo que existe el contagio por contacto.

7) Haga suya y de corazón toda norma burocrática. Donde manda la normatividad, que le valga verdaderamente madre el sentido común, el pensamiento racional, la sensatez. No permita bajo ninguna manera que la sensibilidad estorbe al procedimiento. Olvídese de cualquier intento de simplificación administrativa. Diga frecuentemente cosas como: "Ni modo, así hay que hacerlo."

8) Cambie el lenguaje, hable de canicas y de recursos. Cuando le hablen de "programa" responda: ¿En qué canal?

9) Viva en un país en una de las más profundas crisis de su historia y logre que a pesar de ello, le valga absolutamente sombrilla. Convierta la política en un acto reactivo y no propositivo. Viva como en un encuentro de futbol en un estadio cerrado y sin público, preocúpese sólo de lo que ahí sucede, desconéctese del exterior.

10) Reviva las prácticas internas de fraude electoral. No importa que ese haya sido uno de los demonios cuya necesidad de abolición dio origen a todo. Si no las practica, al menos consiéntalas, explíquelas, perdónelas. Haga lo mismo con la presión del voto a través de la despensa o el saco de cemento, la compra de conciencia. Construya detrás de cada tendencia un apoyo social corporativo (por ejemplo: un proyecto habitacional de 40 casas con 400 peticionarios). Declare la moral abolida y la vergüenza inexistente. No son modernas.

11) Levante la bandera de la unidad. Secuestre en nombre de la unidad a todo el mundo.

12) Procure que no se hable demasiado del pasado militante de cada quien. Ese es un terreno peligroso, bien por la ausencia de tal pasado, bien por la incoherencia entre ese pasado y el triste presente.

13) No vaya jamás a una manifestación a no ser que haya en ella cámaras de televisión.

Bien, más o menos ya lo tiene. Ahora asuma el problema: ¿Quién quiere militar en una lata de sardinas? ¿Quién se siente representado por una lata de sardinas? ¿Quién va a votar por una lata de sardinas?

Caminando al borde del precipicio

¿Es este un retrato de todo el perredismo? ¿Son todos los perredistas así? ¿No se salva nada? ¿No hay nada que salvar? Mientras escribo siento que el trazo de las anteriores líneas puede resultar enormemente injusto. Conozco cientos de militantes en la base del partido, en comités y grupos de luchas diseminados por todo el país, que no caben en el anterior retrato, que se sienten secuestrados en un aparato cuyas inercias los arrastran, los paralizan y los anulan. Conozco docenas de cuadros honestos atrapados en secretarías de gobierno, en Cámaras de Diputados y Senadores, en comités estatales como el del DF, que realizan un enorme esfuerzo por seguir haciendo política de izquierda, de servicio a los ciudadanos, de confrontación con los demonios malignos del Estado mexicano.

Conversando con ellos dos opciones surgen. Algunos dicen que ya no hay manera de salvar nada, que si se quiere militar hay que buscar la militancia por otro lado, que el PRD es un cadáver. Su actitud me parece válida. Otros, muchos, argumentan que no hay que dejar en manos de los Chuchos el partido, que no se pueden olvidar los centenares de muertos perredistas, que no se puede olvidar lo mucho que costó construirlo. Su opción también me parece válida.

En las próximas 48 horas el Consejo Nacional del PRD resolverá el problema de quién queda en la dirección nacional y por tanto de cuál será la política del perredismo en los próximos dos años. El Consejo Nacional tiene una composición que se ajusta al proceso que en años recientes ha vivido el PRD, al igual que la mayoría de los comités estatales, en la medida en la que el partido perdía su base y su periferia militante, la burocracia asalariada iba copando posiciones. En el Consejo Nacional los Chuchos (simplificándolos llamémoslos con el nombre que se ha establecido en la opinión pública) y sus aliados tienen mayoría; una fuerte minoría se ha agrupado en torno a el llamado G8 (grupo de ocho corrientes), otras corrientes menores están representadas.

La primera posibilidad es que usando esa mayoría los Chuchos simplemente cambien de Chucho y Zambrano sustituya a Ortega. De ser así todo quedaría igual a como está y el partido está condenado a su desaparición. Privado de base militante, desprestigiado ante la opinión pública, sin figuras políticas, el partido de la burocracia se vería reducido en futuras elecciones a un partido de 3 por ciento por muchas alianzas con el PAN o el PRI que buscara. Supongo que los Chuchos lo saben y saben que esa victoria sería una profunda derrota. Pueden intentar una mínima maniobra y ofrecerle el segundo cargo en importancia en el partido, la secretaría general al G8, muy probablemente a Dolores Padierna. Si el G8 acepta las migajas del pastel burocrático se vería arrastrado a la muerte por desprestigio (es una novedosa fórmula política) de los Chuchos y se hundiría en el mismo barco.

Queda la opción que se ha estado barajando durante las últimas semanas, nombrar un candidato independiente a la presidencia, pero con todo sentido común los propuestos, sean Lázaro Cárdenas, el propio Cuauhtémoc o Javier González han dejado claro de manera abierta o no tanto que no pueden aceptar encabezar un comité que les imponga una política, y que no se trata sólo de un cambio de dirigentes.

¿Qué sucederá? Es difícil aventurar un pronóstico con tantas opciones sobre la mesa. Lo que parece evidente es que si los Chuchos imponen su mayoría y consolidan la dirección del partido en la misma línea actual, con todo y la alianza con el PAN, sólo le queda a la disidencia un camino: declararse en rebeldía, desconocer a la dirección nacional, convocar a comités estatales y de base a sumarse a esta rebelión, comenzar a recorrer el país llevando el debate a esas bases. Y entonces quizá haya una oportunidad de reconstruir política y moralmente al partido.

No sería malo, después de todo, meterle el abrelatas a la lata de sardinas.

Soberanía vulnerada, población bajo amenaza

Editorial de la Jornada

Durante su comparecencia ante el Senado, realizada el pasado jueves, la titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa, señaló que los vuelos de aviones estadunidenses no tripulados (UAV, por sus siglas en inglés) sobre territorio mexicano no violan la soberanía nacional ni la Constitución, y sostuvo que esos aparatos operan en el país a petición del gobierno mexicano y bajo control de éste, en el marco de la cooperación bilateral en materia de seguridad.

Es preocupante, por decir lo menos, que el gobierno mexicano asuma una postura de consentimiento y hasta de defensa frente a lo que constituye una clara violación del espacio aéreo por una fuerza militar extranjera. Por más que se afirme que el motivo de los sobrevuelos mencionados es "obtener información de inteligencia", no puede obviarse que los aparatos utilizados en dichas tareas son, ante todo, artefactos de guerra de una superpotencia.

Resulta difícil imaginar, habida cuenta de la importancia actual de las aeronaves no tripuladas en las operaciones bélicas y de espionaje de la Casa Blanca y el Pentágono, que las autoridades de ese país hayan decidido poner tales equipos bajo control de un gobierno extranjero, sobre todo de uno cuya capacidad en materia de seguridad ha sido cuestionada velada y abiertamente por funcionarios estadunidenses. Pero suponiendo que el gobierno de Barack Obama se resignara a enfrentar el enorme costo político de una decisión semejante, ésta supondría problemas técnicos diversos, como la necesidad de contar con personal militar capacitado para la operación de estos sofisticados equipos y el traslado a territorio mexicano de las voluminosas centrales de control terrestre de los UAV: en la medida en que el gobierno mexicano no demuestre que cuenta con esos recursos, no queda claro cómo pudiera sustentar lo dicho por su canciller, en el sentido de que la operación de los drones estadunidenses se encuentra bajo su control.

Más allá del problema de índole legal y constitucional, la operación de esos artefactos en México plantea una amenaza a la integridad física de la población, habida cuenta de su poder mortífero y del margen de error con que suelen operar. Por no ir más lejos, el mismo jueves más de 40 personas murieron en la ciudad pakistaní de Miran-shah –en la región de Waziristán del Norte, cerca de la frontera con Afganistán– tras un ataque perpetrado por un avión no tripulado de Estados Unidos.

El episodio dista mucho de ser una casualidad: de acuerdo con las propias autoridades de Islamabad, entre 2006 y 2009 murieron unas 700 personas en los límites Afganistán y Pakistán a consecuencia de este tipo de operaciones, de las cuales sólo 14 eran integrantes de la red islámica Al Qaeda, el objetivo declarado de los ataques.

La precariedad en las condiciones de seguridad con que operan estos artefactos y el elevado número de bajas colaterales que provocan ha generado preocupación en la Organización de Naciones Unidas: en octubre de 2009, el relator especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias de ese organismo multinacional argumentó que el uso de vehículos no tripulados de combate aéreo debía ser considerado una violación del derecho internacional, "a menos que Washington pueda demostrar que sigue las precauciones y los mecanismos de rendición de cuentas adecuados", algo que hasta la fecha no ha ocurrido.

En el caso concreto de México, resultan inquietantes las colisiones declarativas entre funcionarios estadunidenses sobre el uso de estos aviones: mientras fuentes militares citadas por The New York Times han dicho que los UAV que operan en México carecen de capacidades ofensivas, funcionarios del servicio de Aduanas y Protección Fronteriza han afirmado que los modelos son los mismos que se emplean en Afganistán y Pakistán. Lo menos que podría esperarse es que las autoridades mexicanas aclaren a la opinión pública el número y el tipo de los artefactos estadunidenses que sobrevuelan el territorio.

En suma, la política de "cooperación" en materia de seguridad con Estados Unidos no sólo ha sido ineficaz y contraproducente en su propósito de reducir la violencia asociada al narcotráfico, sino también ha supuesto violaciones inadmisibles a la soberanía nacional y ahora, para colmo, plantea una nueva amenaza a la población civil: con la operación de los aviones no tripulados estadunidenses, ésta queda expuesta al espionaje abierto y declarado de la nación vecina, en el mejor de los casos, e incluso al riesgo de sufrir nuevos saldos trágicos, en el peor.

Contra la reforma laboral y en defensa de Pemex

Desfiladero

Jaime Avilés

Integrantes de diversas organizaciones, entre ellos miembros del sindicato magisterial, se manifestaron ayer frente a las oficinas centrales del PRI contra la pretendida reforma laboral que impulsa este partido Yazmín Ortega Cortés Foto Foto

Si es verdad que provenimos del Sol –después del Big-Bang nuestra estrella se sacudió como un perro mojado, lanzando al espacio mazacotes de metales envueltos en llamas, que al enfriarse girando se convirtieron en planetas, en uno de los cuales el oxígeno y el hidrógeno formaron el agua, y de ésta, millones de años después, nacimos nosotros–, la energía que nuestro cuerpo libera al morir se hace luz y vuelve a su lugar de origen. Por eso, desde el viernes de la semana pasada Rita Guerrero Huerta brilla desde el Sol y su alegría invencible ilumina nuestras lágrimas.

Si la aparición de la novela cumbre de Haruki Murakami –1Q84– prologó la peor catástrofe nuclear de Japón desde agosto de 1945, la desaparición de Rita Guerrero coincide con el hundimiento de la clase política mexicana en la abyección más profunda, pero también con el ascenso del pueblo al punto más alto del desamparo.

Si a finales de 2010 (véanse los Desfiladeros de noviembre y diciembre) temíamos que la construcción de una base de adiestramiento de paramilitares en California, muy cerca de Tijuana, podría auspiciar el inicio de los vuelos de aviones no tripulados sobre México, ahora, en marzo de 2011, gracias a las recientes revelaciones de The New York Times, sabemos que los drones predator –papalotes inalámbricos artillados y equipados con cámaras de televisión– violan nuestro espacio aéreo, con el permiso de Los Pinos, desde 2009, para supervisar el buen desarrollo de las matanzas.

Si los cables de Wikileaks que Julian Assange entregó a La Jornada nos han permitido descubrir que el verdadero jefe del gabinete de seguridad nacional se llama Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México, ahora podemos entender por qué Felipe Calderón nombró a los funcionarios más ineptos y corruptos al frente de las secretarías de Gobernación y Seguridad Pública, así como de la PGR y otras. Para que no entorpecieran las labores del Pentágono, la CIA, la DEA, la FBI, la Migra, la Oficina Introductoria de Armas de Fuego rápidas y furiosas, y demás dependencias de Washington en este desprotectorado que aún llamamos, con ternura y nostalgia, “nuestro país”.

Si la Casa Blanca abusó de la debilidad extrema de Calderón para obligarlo a declarar la guerra “contra” el narco, ahora no sólo aprovecha la vocación de títere del espurio para ponerlo a gesticular delante del público, mientras Hillary y Napolitano dirigen la evolución de las operaciones militares y abastecen de armas y proyectiles tanto al “gobierno” como a los cárteles; aquél y éstos gozan de la misma impunidad para violar los derechos humanos y del mismo apoyo estratégico para lavar dinero.

Si Estados Unidos fabricó esta guerra con la intención de prolongarla muchos años más para destruir al Ejército y la Marina de México, desmantelar el Estado, dominar el territorio y someter a la población, lo hizo para asegurarse la posesión de nuestros recursos naturales a corto y largo plazo; hoy el petróleo y el gas, mañana las grandes reservas de agua dulce del sureste, y quizá, por qué no, las de litio, el metal que revolucionará la economía del planeta a medida que avance el siglo XXI.

Si poco menos de 100 millones de mexicanos hemos perdido esta guerra que no pedimos y en la que sólo participamos como carne de cañón, ¿qué nos espera? ¿Qué vamos a hacer?

¿Nada?

Con base en las acusaciones de tres policías judiciales y de un solo testigo, que si no es sicario (diría Jaime Martínez Veloz) estaría desperdiciando su aspecto, un juez condena a 20 años de cárcel a un muchacho inocente por un asesinato que no cometió. Dos abogados revisan el expediente y logran demostrar que el juicio careció de validez jurídica y por lo tanto debe repetirse. Durante el nuevo proceso, el “testigo” admite que nunca vio al sospechoso cometer un homicidio. No obstante, el juez condena al inocente, otra vez, a 20 años de prisión.

El caso es llevado al cine. El testigo, que reconoció haber mentido, pide que el documental salga de la cartelera. Quienes lo produjeron se inconforman. Una juez ordena que se vuelva a exhibir pero que se tape la cara del quejoso, cosa imposible de hacer sobre una cinta de celuloide.

En 2008, Calderón propuso una ley para que empresas particulares pudieran explorar y explotar yacimientos de hidrocarburos, y recibieran, en pago, parte del petróleo que descubriesen. Una apasionada movilización popular impidió que la reforma fuera aprobada. Tres años después, Calderón, como si nada, invita a empresas privadas a explorar y explotar yacimientos del Golfo de México y les ofrece pagarles con parte del petróleo que descubran. Pese a la notoria violación de la reforma que el Senado votó en 2008, la Suprema Corte resuelve que Calderón actúa “con apego a derecho”.

Calderón anuncia que pactará con el diablo, si es preciso, con tal de evitar que el PRI regrese a la Presidencia. Acto seguido, el PRI somete al Congreso una reforma laboral que permitirá a los patrones contratar trabajadores por tres y seis meses, y luego correrlos sin indemnización para que nunca acumulen antigüedad ni tengan protección cuando se jubilen. La reforma es idéntica a la que redactó el secretario del Trabajo de Calderón. Los diputados del PRI y del PAN se alían para aprobarla, sabiendo que sumarán los votos de los chuchos del PRD.

Pablo Gómez, en nombre de los senadores perredistas y petistas comprometidos con el movimiento que encabeza Andrés Manuel López Obrador, anuncia que entablará una controversia constitucional contra Calderón, para que éste no pueda entregar nuestro petróleo a las empresas privadas. Anticipa, además, que la gente volverá a movilizarse.

Para impedir la inminente aprobación de la reforma laboral del PRI, del PAN y los chuchos, la Unión Nacional de Trabajadores llama a sus agremiados a aplicar “un enérgico plan de acción y movilización”, a fin de “sumar esfuerzos con otras organizaciones sindicales, campesinas y ciudadanas”.

Aunque los jóvenes serán los más afectados por la precarización de los contratos, nadie parece interesado en convocarlos, quizá porque desde la huelga de 1999-2000 en la UNAM, el movimiento estudiantil fue devastado por la represión interna de la ultraizquierda, que vacunó a toda una generación contra la política.

Al referirse, en ese orden, a las organizaciones sindicales, campesinas y, por último, ciudadanas, la UNT vuelve a marcar su distancia con el movimiento de López Obrador. ¿Una vez más, como de costumbre, unos lucharán contra la entrega de Pemex a las empresas privadas, otros contra la reforma laboral, y otros permanecerán al margen criticándolo todo? Si esto sucede, podremos darnos por derrotados en todos los frentes desde ya.

Hoy estallará una nueva crisis en el PRD, cuando los chuchos (y Ebrard) intenten imponer al sucesor de Ortega, y Dolores Padierna (en nombre de Bejarano) se oponga. Si el conflicto arrasa con los despojos de ese partido en estado de putrefacción, ganarán en claridad los simpatizantes del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que mañana, en el Auditorio Nacional, dará a conocer el nuevo proyecto alternativo de nación, para sacar al país del abismo en que Estados Unidos, Calderón y quienes desde la extrema derecha y la extrema izquierda lo ayudaron a llegar al poder, lo sepultaron.

No lo comenten pero también desde mañana empezará a sonar en todas partes y a toda hora el conceptuoso y pegajosísimo regaetón del veracruzano Byron Barranco, intitulado, por cierto, Morena. ¿Cómo vamos a rendirle a nuestra adorada Rita Guerrero el homenaje nacional que se merece? ¿Con grandes conciertos de rock contra la guerra y la reforma laboral y en defensa de Pemex?

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

jamastu@gmail.com

viernes, 18 de marzo de 2011

Rita Guerrero (1964-2011)

Rita Guerrero (1964-2011)
Patricia Peñaloza

"Veo una luz que rebasa mi muerte / siento el amor que me invita a ser fuerte", eran los versos que parecían emanar de los labios entreabiertos de Rita Guerrero mientras reposaba cual una reina dormida, vestida en rojo granate, bajo un velo translúcido, sobre un gran tablado, nada de cajas, y al fondo retablos barrocos, el último gran montaje de su vida, en el ahora auditorio Divino Narciso, antes religiosa capilla jerónima, la noche del sábado 12 de marzo pasado. El mismo recinto que había albergado el sonido de su voz como titular del Coro Virreinal del Claustro de Sor Juana (ahora se llamará Coro Rita Guerrero), parecía extrañar y aún escuchar su peculiar emisión, educada en el belcanto y traída al rock, influida por Nina Hagen y Diamanda Galás, como nadie había hecho en el rock hecho en México.

Rita, quien falleció el viernes 11 cerca de las 22 horas, fue velada el sábado siguiente, entre retahílas de cirios, gladiolas y nardos, así como sones jarochos brindados por sus ex compañeros musicales. Irradiaba una luz que en efecto rebasaba su muerte, en medio de un amor que a lo largo de su existencia sobre este plano material la ayudó a ser fuerte, en un sano ejercicio de cariños sembrados, cosechados y vueltos a sembrar. Pocas veces vio, quien escribe, una despedida tan bella, tan digna. Ni una brizna de grisura. Un adiós entrañablemente poético.

En medio del tumulto (entre las 18 y las 21 horas circularon unas 3 mil personas) y de la tristeza, el amor podía sentirse en el aire como un consuelo, una esperanza, de la misma forma en que dicho amor espeso y punzocortante pudo sentirse el 6 de diciembre pasado, cuando se le hizo un homenaje en el Teatro de la Ciudad y se mostró conmovida: ella no quería que se llevara a cabo, sentía no merecerlo: de ese tamaño su humildad. Finalmente aceptó, y es inmensa alegría saber que se fue con ese tesoro guardado en el alma.

La partida de una persona joven, tan intensa, es siempre desoladora. Sin embargo, su vida fue fructífera, generosa en obras musicales y sociales. Su solidaridad con las causas estudiantiles, o su liderazgo al frente de las organizaciones Serpiente sobre Ruedas o La Bola, a fines de los años 90, a favor de las comunidades zapatistas, dieron ejemplo a miles. Nunca hizo nada que traicionara sus principios, nunca cedió ni un ápice de integridad. Quienes trabajamos con ella en aquellos lances, sabemos que la comandanta Rita, como le decíamos, siempre ponía en primer lugar a los demás que a ella misma; siempre fue mano primera en llenarse de tierra los zapatos con tal de ir a las universidades a informar lo sucedido en Chiapas, en organizar conciertos, en llevar ayuda económica y música a las comunidades en conflicto. De carácter sencillo, de cerca era en realidad tímida, pero sus decisiones y vocación de mando eran de hierro.

Amigos cercanos cuentan que, ya en el hospital, poco antes de morir, un compañero de cuarto, también en sus últimos días, le pidió a Rita que le cantara La Llorona, como voluntad postrera, y por supuesto ella lo hizo.

Porque ante todo, quien dio voz al trabajo de una agrupación de excelentes e inquietos músicos, Santa Sabina, fue una mujer que amaba mucho. Hija pródiga de un barrio trabajador de Guadalajara, Rita creía en generar belleza y calidad en todo lo que tocara, para mitigar una existencia que le dolía y le parecía absurda. Se asumía una vampira, una darky, cuyo respeto al escenario (su formación actoral y teatral la desmarcaba de querer ser una "estrella de rock") la llevó a esculpir una vida apasionada, creadora de un personaje sensual (nunca vulgar), intempestivo, fogoso, que, lejos de ser una careta, le representaba un vehículo para hacer brotar su gran vitalidad, su inviolable honestidad.

Rita Guerrero, quien dejó este plano a los 46 años, será recordada siempre joven, hermosa, llena de energía. Sin duda marcó un hito, musicalmente hablando, proveniente de una generación en la cual la escena del rock en México seguía en formación, y la resistencia confería carácter de héroe a quien luchara por abrir espacios. Su estilo gótico, en combinación con el funk-progresivo de Santa Sabina, generó un estilo tan particular, que cualquier canto que se acerque llevará a la comparación. Se volvió única, inimitable. Su cariño por la poesía y su rendición por el buen gusto escenográfico le hicieron siempre montar espectáculos de notable calidad artística.

La tristeza permanece, pero queda el gozo de su alegría bizarra, vampírica, zapatista y espiritual (no olvidar su trabajo con el Ensamble Galileo). Su voz nos sigue acompañando; su ejemplo de lucha, también. Rita, quien ya era una leyenda en vida, lo seguirá siendo, como parte del santuario mexicano de la música independiente, comprometida, hermosa, que marcó a toda una generación. Hasta siempre, Rita.

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Los vuelos. Luis Javier Garrido

Los vuelos

Luis Javier Garrido

El gobierno de Felipe Calderón ha dejado en los últimos cuatro años de tomar decisiones fundamentales en materia de seguridad nacional y de política económica y social, cediéndoselas en actos de abierta traición a México al gobierno estadunidense, a cambio de que mantenga al PAN en Los Pinos, con lo que ha enajenado seriamente la independencia y la soberanía de México y el bienestar de los mexicanos, y esto no hubiese sido posible sin múltiples complicidades.

1. Los papeles del Departamento de Estado entregados por Wikileaks a La Jornada y publicados por este diario desde el 10 de febrero, han confirmado lo que aquí se había analizado y sostenido desde 2006. La “guerra contra el narco”, llamada “de Calderón”, que le fue impuesta a éste por Washington tras el fraude electoral de 2006 a cambio de avalar su imposición ilegal en Los Pinos, condujo muy rápidamente a que varias dependencias estadunidenses (las llamadas “agencias”) asumieran progresivamente funciones de gobierno y de mando en México, sin importar el marco constitucional y legal del país, y en el caso de la seguridad nacional dictaran políticas y decidieran operativos subordinando a su dictado a las fuerzas armadas, contando para ello con la sumisión de Calderón y de sus colaboradores, que no se han opuesto a ninguna de sus acciones, por lo que éstos son corresponsables de que se haya llevado a México a la violencia en un afán de instaurar aquí un “Estado fallido”,

2. El diario The New York Times, al confirmar sin ambages lo que está aconteciendo, el 16 de marzo señalaba lo que Calderón y sus colaboradores niegan todos los días: que el Pentágono y los departamentos de Justicia y de Seguridad Interior tienen agentes armados en México, realizan operaciones de vigilancia aérea y terrestre en territorio mexicano, deciden las políticas y las acciones de la supuesta “guerra contra el narcotráfico”, y que al hacerlo desde los centros “de inteligencia” que tienen en territorio mexicano ocultan información al mismo gobierno calderonista, no se diga al pueblo de México, que no sabe nada de lo que en abierta traición al país está haciendo la “clase política”, por una razón –afirma el Times, otra vez sin ambages–: porque se está violando la legalidad de México.

3. Los hechos mostraron en estos años que el gobierno de Barack H. Obama resultó más agresivo que el de George W. Bush porque desde la primera ocasión en que en 2006, aún siendo mandatario electo, recibió a Calderón, hasta la última ocasión, en la que lo convocó a la Casa Blanca, el mes pasado, el michoacano espurio fue entregando espacios de poder a Washington y aceptando que decidieran no sólo la política económica y financiera, y en consecuencia la política social, a través del FMI y la Reserva Federal, sino las políticas de seguridad y la “guerra contra el narco” impuesta por ellos, a través de sus agencias, a cambio de que lo mantuvieran como lo que es: una marioneta.

4. El caso de la designación del general Julián Leyzaola como secretario de seguridad de Ciudad Juárez el 10 de marzo es significativo de esta situación, pues el presidente municipal de Juárez afirma que el embajador Pascual aprobó su nombramiento (La Jornada de ayer), pero en los papeles de Wikileaks las autoridades estadunidenses sostienen que es un militar corrupto y despótico, que desprecia los derechos humanos, y que además tiene un arreglo con el cártel de los Arellano Félix (La Jornada del 16 de marzo), lo cual no hace más que confirmar que: a) Washington busca reordenar el mercado conforme a sus intereses, y b) que hay una voluntad deliberada de ambos gobiernos de hundir a México en la violencia.

5. El nuevo escándalo suscitado por la publicación hecha por The New York Times el mismo día 16, señalando que aviones espías de Estados Unidos (US drones) han sobrevolado impunemente el territorio mexicano desde 2009, en abierta violación al marco constitucional de México, no hace más que evidenciar de nuevo el abandono de Calderón de las funciones que asumió ilegalmente y su entreguismo creciente, así como la complicidad del PRI y de la fracción de Los Chuchos del PRD en estos actos de traición, pues el Senado no ha hecho nada a pesar de que esto se conocía desde hace tiempo, ya que la secretaria Janet Napolitano lo hizo público en julio de 2009 y Milenio Diario se ufana de haberlo publicado desde el 15 de enero, al margen de que en esta misma columna se habló repetidamente de ello.

6. El operativo Rápido y furioso, aprobado por el Departamento de Justicia, sobre el plan encubierto de Washington para introducir en 2010 de manera clandestina armas a territorio mexicano destinadas a los cárteles y a los paramilitares, hundió a la administración de Calderón en una serie de mentiras y contradicciones, pues negó primero conocer el asunto, hasta que el procurador Eric Holder dijo el día 10 que Calderón sabía todo, a lo que de Los Pinos se le replicó que creían que era un operativo limitado a territorio estadunidense (aunque se hablara de “contrabando de armas” como en el filme que dio nombre al operativo), y ahora los vuelos de los US drones hunden más a Calderón y a sus colaboradores en un mar de mentiras.

7. Las declaraciones de Alejandro Poiré, vocero de Calderón, el miércoles 16 confirmando su ignorancia constitucional y legal, constituyen una vergüenza para el país, pues confundió una charla privada del débil Calderón con Obama el 3 de marzo señalando que ahí se ultimó el acuerdo, siendo que un tratado o acuerdo internacional no puede ser válido sino cuando según el 133 es conforme a la Constitución (que no es el caso) y es refrendado por el Senado (lo que tampoco aconteció), además de que los vuelos se llevan a cabo desde hace dos años.

8. El abandono de los intereses nacionales y de los mexicanos es absoluto, lo mismo desde el ámbito estatal que del de la llamada “sociedad civil”. La cuestión no es la de no haber transitado “senderos legales” para autorizar los vuelos pues dichas vías legales no existen, lo que parece ignorarse. Hay cuestiones fundamentales que atañen a la Independencia, la soberanía y la integridad de la nación, que no pueden ser aprobadas ni “negociadas” por los poderes constituidos. Ni el Congreso ni la Suprema Corte podrían haber autorizado los vuelos, ni la intervención en México de agentes estadunidenses armados o no armados, ni que actuaran las dependencias de Washington en territorio nacional, ni que la administración de Barack Obama fuese asumiendo funciones del Estado mexicano, simplemente porque no tienen facultades para ello.

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks
La Jornada
Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks

Senado, ni rápido ni furioso: ¡ciego!

Senado, ni rápido ni furioso: ¡ciego!
Jorge Camil

Un Presidente que no habla cuando y como se debe, y que pacta con Obama en lo oscurito. Un vecino poderoso que nos ha perdido el respeto, y un embajador entrometido, “experto” en “estados fallidos”. Una secretaria de Seguridad Interior imprudente, que no pierde oportunidad de denigrar a los políticos mexicanos. Y al final, por supuesto, la zanahoria de los cientos de millones de la Iniciativa Mérida, detenidos por congresistas estadunidenses preocupados por los derechos humanos. ¿A eso se reduce la relación con Estados Unidos?

Ahora sabemos a qué fue Felipe Calderón a Washington. Según The New York Times (15/03/11), a autorizar a la Defensa estadunidense para que “continúe” sobre el territorio nacional los vuelos con aviones no tripulados que inició en febrero pasado (¿tiene facultades?). Además, a aprobar con Obama la apertura de un “segundo centro de fusión” para que los dos países trabajen en medidas contra el narco. Así sí se entiende lo inesperado del viaje. Los funcionarios que hablaron con el Times aseguraron que esta “ayuda” se ha mantenido en secreto “por las restricciones legales de México y los acalorados argumentos que surgirían en torno a las sensibilidades políticas sobre soberanía”.

Se acabaron los días de la dignidad, aquellos en que la voz de México sonaba fuerte en Estados Unidos. Los días en que nos respetaban, porque teníamos una inquebrantable política exterior basada en valores nacionales; una política clara y fácil de entender para propios y extraños. Marcábamos nuestras diferencias y nos representaban cancilleres prestigiosos, conocedores del derecho internacional; diplomáticos que promovían los valores nacionales y enarbolaban las banderas de la soberanía y la autodeterminación (hoy palabras vacías). Se acabó la jurisprudencia, y llegó el pragmatismo “a la americana” de los licenciados en “relaciones internacionales”.

Hoy la frontera con Estados Unidos y la relación misma se han vuelto permeables: áreas grises donde oscilan indistintamente ideas, costumbres, políticas, culturas, armas, drogas y dinero, y donde México, por su falta de instituciones sólidas y la ausencia de un estado de derecho, recibe la peor parte. Tras escuchar la labia de Obama, y su falta de sensibilidad en las relaciones con México, casi extraño a George W. Bush, el ignorante que habiendo crecido en la frontera respetaba al menos la comida tex-mex y era afecto a soltar dichos en español.

La pena es que estando en Washington Calderón pactó en lo oscurito y calló. No expresó como se debe su pérdida de confianza en el embajador Carlos Pascual. Nadie sabe si tocó el tema en privado, pero fuera de la Casa Blanca lo trató entre bromas con The Washington Post. El tema no se prestaba para eso, porque sus comentarios dejaron claro que le pesaba el agravio del diplomático que denigró al Ejército y al propio Calderón en los cables de Wikileaks. Convertido en estratega militar, Pascual envió cables informando que el Ejército Mexicano “tiene una nula preparación, es lento, sufre aversión al riesgo… y no es una garantía en la lucha contra el crimen organizado”. Dijo que él se coordina mejor con la Marina. “Aversión al riesgo”, como se vea, es una forma no muy velada de acusar al Ejército de cobardía: ¡en medio de sus bajas en la guerra contra el narco! Y en momentos en que el mandatario lo necesita más que nunca para terminar lo mejor posible su guerra inopinada y su mandato.

Calderón recurrió a dichos folclóricos (“no me defiendas, compadre”), pero no planteó la remoción de Pascual ni el retiro del beneplácito. Al ser interrogado sobre su falta de confianza en Pascual, Calderón contestó con una evasiva: “la confianza es difícil de conseguir y fácil de perder”. Pedir el retiro de Pascual era obligado para conservar la confianza del Ejército. ¿Cómo continuar luchando (y muriendo) por un comandante en jefe que no defiende a sus tropas?

Al regreso de Washington lo esperaba el operativo Fast and Furious, un “experimento” intervencionista, y a todas luces criminal, de la Dirección de Alcoholes, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), que permitió y fomentó la exportación ilegal de armas a México para que “las armas caminen” (“caminen y asesinen mexicanos”, debieron añadir). ¡“Tráfico vigilado”, le llaman!

Más de 2 mil 500 armas, incluyendo las que perforan vehículos blindados, se pusieron en manos de contrabandistas que las vendieron al crimen organizado. La idea era “seguirles el rastro” y “asociarlas” a delitos. Aunque en un documento obtenido por CBS aparece que el Departamento de Justicia suspendió el operativo (La Jornada, 15/03/11), John Dodson, agente de ATF, asegura que Rápido y furioso sigue funcionando. Mientras tanto, la embajada del señor Pascual afirma que “el gobierno mexicano sabía del operativo”. Alguien miente.

¿Quién exigirá cuentas y defenderá el territorio, al Ejército y la soberanía, si no lo hace el Presidente, ni la buena de la señora canciller, ni nuestro embajador con su inglés impecable; ni el Senado, que tiene el deber constitucional de analizar la política exterior del Ejecutivo?
nota original. La jornada

jueves, 17 de marzo de 2011

RUBEN LUENGAS


Escrito por Kike

Anhelando regresar algún día a México invita a todos los mexicanos a a trabajar en unidad para construir un país donde verdaderamente los mexicanos tengan voz.

En esta entrevista se tocan los temas de la educación la cual no existe en México, el ejército y su participación en esta “guerra” que realmente no ha demostrado nada; salvo miles de muertos

Calderón y fox han demostrado lo bajo que puede llegar a ser un político los nulos resultados en estos 10 años de gobiernos panistas lo demuestran.

La alianza de los chuchos y el pan es “prostituirse” nos comenta el periodista Rubén Luengas.

Agradecemos a Rubén Luengas por la entrevista a radioamlo

Monopolios y doble moral.

México en Wikileaks

Carlos Fernández-Vega



Las televisoras y las telefónicas se encuentran en medio de una virtual guerra, ante la cual el gobierno de México permanece aparentemente indiferente, cómo si no tuviera responsabilidad alguna en el conflicto" Foto Roberto García Ortiz


Voraces y desbocados, los monstruos económico-financieros creados por el poder político neoliberal se han salido de control. Presumidos por aquel como símbolo inequívoco de la modernidad” mexicana (Salinas dixit) y del sólido avance de la “democracia de, por y para los empresarios” (Fox ídem), sus copatrocinadores ya no saben qué hacer con ellos ni cómo meterlos al redil. Sometido por su propia creación, el gobierno mexicano no hace nada para remediar esta situación, mientras la embajada estadunidense en México se dice “sorprendida” y “preocupada” por el sostenido avance y la creciente “influencia” de los barones autóctonos en la toma de decisiones en los ámbitos Judicial, Legislativo y Ejecutivo de México.

Lo detallan los cables de Wikileaks, publicados por La Jornada, y el panorama no es grato. El gobierno mexicano no atina a tomar decisiones para acabar con monopolios, duopolios y oligopolios, ante el peligro que para él representa quedar mal con alguno de los involucrados, cada uno de los cuales le significa un jugoso “apoyo” financiero para sus ambiciones electorales. A su vez, la “preocupación” de la legación estadunidense, y los intereses que ella representa, se enfoca en el sector mexicano de las telecomunicaciones (y por obvias razones en los consorcios “dominantes”: Telmex, Telcel, Televisa y Tv Azteca), tal vez por ser éste el único, a estas alturas, en el que sus grandes capitales no tienen acceso pleno al pastel, y no precisamente por los “resabios” legales en la materia o por el “patriotismo” gubernamental, sino por el hecho contundente de que tales monstruos representan un impedimento real para la apertura del mercado y para que las trasnacionales del ramo claven los colmillos en este exquisito negocio (que incluye una tercera cadena de televisión) hasta ahora reservado mayoritariamente a los nacionales, hoy en plena “guerra” por el control de los bienes otrora de la nación.

Pero ni el paralizado gobierno mexicano ni la “preocupada” legación estadunidense tienen qué reclamar. Desde la supuesta oposición, los panistas apoyaron con todo la política privatizadora de Salinas y Zedillo (de la banca a los ferrocarriles, sin olvidar la telefonía) y a los monstruos empresariales de ella resultantes. Fox sólo llegó cínicamente a poner la cereza al pastel, mientras los vecinos del norte aplaudían la “modernidad” económica mexicana y celebraban la “transición” (con el indeleble sello del “Consenso de Washington”) de los monopolios del Estado a los monopolios privados. Felipe Calderón estaba entre los aplaudidores, pero tiempo después se le cruzó una candidatura a Los Pinos, y en campaña prometió estimular la competencia mediante el “combate” a monopolios, duopolios y oligopolios, aunque en los hechos sólo los ha fortalecido.

¿Por qué hasta ahora la “preocupación” de la embajada estadunidense en torno a monopolios, duopolios y oligopolios?, de acuerdo con las puntuales revelaciones de Wikileaks-La Jornada. ¿Sólo a estas alturas registró que diez magnates concentran 12 por ciento del PIB mexicano, controlan las áreas más productivas de la economía y ejercen creciente influencia en la toma gubernamental de decisiones? Sería una reacción por demás tardía de la diplomacia norteña, toda vez que el desmantelamiento del aparato productivo del Estado mexicano comenzó casi tres décadas atrás, con Miguel de la Madrid, aunque fue en el salinato cuando se pisó a fondo el acelerador, sin hacer menos al zedillato. Así, la productiva fábrica de monstruos concentradores de riqueza e ingresos no se limita a la telefonía y a la televisión (nacida ésta desde el poder en tiempos de Miguel Alemán). El abanico es enorme, e incluye banca, telecomunicaciones, minería, ferrocarriles, líneas aéreas, acero, azúcar, gas, satélites, carreteras, aeropuertos y mucho más, por mucho que la legislación vigente lo impida, sin olvidar la existencia de una institución antimonopolio, la Comisión Federal de Competencia, que tampoco atina ni se anima a poner orden.

No es un hecho novedoso ni aislado lo que ahora “preocupa” a la embajada estadunidense. Es la historia de los últimos cinco lustros. En política no hay casualidades. Tampoco en los negocios. Por eso llama especialmente la atención uno de sus despachos (correspondiente a 2007 y registrado por Wikileaks-La Jornada), por medio del cual la legación reporta a Washington que en manos de Calderón estaría la autorización de una tercera cadena televisiva, lo que parece una visión simplista de la realidad mexicana. ¿Quién toma las decisiones en el caso, por ejemplo, de las telecomunicaciones mexicanas?

El siguiente ejercicio, que resume cómo estaba armada la telaraña de intereses en el sector en ese mismo año de 2007, nos da una idea de quién, en realidad, las toma: Cemex es el monopolio cementero en México, y su cabeza visible es Lorenzo Zambrano, quien también participa en Televisa, la cual es presidida por Emilio Azcárraga Jean, empresario presente en el consejo de administración de Teléfonos de México, de Carlos Slim, magnate que a su vez forma parte del consejo de administración de Televisa, consorcio en el que tenía asiento María Asunción Aramburuzabala (esposa del ex embajador Tony Garza), del Grupo Modelo, del duopolio cervecero en el país, en el que sobresale Valentín Díez Morodo, a su vez participante en el consejo de administración de Kimberly Clark, que preside Claudio X. González Laporte, en su momento presidente del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, éste con asiento permanente en Teléfonos de México y Televisa, emporio en el que aparece Germán Larrea, cabeza del Grupo México, consorcio en el que también participan Claudio X. González Laporte y Valentín Díez Morodo, todos ellos beneficiarios de la reprivatización de Banamex, al igual que Roberto Hernández (también integrante del consejo de administración de Televisa), quien vendió a Citigroup por medio de la Bolsa Mexicana de Valores, en las que todas las empresas citadas participan.

El gobierno de Estados Unidos conoce a la perfección cómo se manejan las cosas en México, quién toma las decisiones y quiénes son los capos, pero ahora se dice “preocupado” por el juego del monopolio y la falta de competencia, especialmente en el sector de las telecomunicaciones. ¿Casualidad?

Enlaces:

Los cables sobre México en WikiLeaks

Sitio especial de La Jornada sobre WikiLeaks