viernes, 29 de julio de 2011

La memoria interrogada. Jan de Vos

La memoria interrogada
Jan de Vos

Escribo estas reflexiones al cumplir treinta años de vivir en México, la mayor parte de ellos en el estado de Chiapas. Llegué al país en 1973 y en ese mismo año pisé por primera vez tierra chiapaneca integrándome como agente pastoral en la diócesis de San Cristóbal de las Casas. Desde este mirador muy particular descubrí pronto lo que son, sin duda, las tres características sobresalientes de la sociedad de ese profundo sur mexicano que es Chiapas: una prodigiosa diversidad natural, una marcada división entre indígenas y no indígenas, y la extrema necesidad que padece la mayoría de la población, incluido en ella un gran número de mestizos urbanos y rurales. Tampoco perdí mucho tiempo para comprobar que en esa muchedumbre de pobres los indígenas ocupan el estrato más bajo. Tomé partido por ellos, no sólo movido por mi convicción ética de cristiano sino también debido a mi identidad étnica de flamenco. En Bélgica los flamencos habíamos sido ciudadanos de segunda clase durante siglos. Sólo en fecha muy reciente hemos conquistado nuestra autonomía frente a un gobierno francófono centralista, muy despectivo de nuestra lengua. Era, pues, natural que me identificara con aquellos chiapanecos que, además de ser pobres, se encontraban marginados de la vida nacional y estatal por ser indios.

Tuve la suerte de acercarme a los campesinos mayas en la misión jesuita de Bachajón. Lo hice bajo la inspiración de la teología de la liberación, entonces en boga entre los agentes de pastoral de la diócesis. Empujado por esta corriente ideológica eclesial, busqué mi propia manera de ayudar a los tzeltales en la tarea de convertirse, de objetos, en sujetos de su propio destino. Restringido por mi condición de extranjero, decidí sacar provecho de mi formación de historiador recibida en la Universidad Católica de Lovaina y dedicarme a la investigación del pasado indígena de la región. Ahora, seis lustros más tarde, puedo observar con satisfacción que mi trabajo no ha sido en vano. Sin embargo, soy consciente del valor muy relativo de mis indagaciones, debido en primer lugar a mis limitaciones personales y en segundo lugar al modesto alcance que tiene, de por sí, el oficio de historiar. Hay una buena dosis de ficción en la interpretación que los historiadores hacemos del pasado, ya que nos acercamos a él a través de unos pocos documentos que, de manera muy sesgada, representan sólo una pequeña parte de la realidad. Además, no podemos evitar leerlos con la distancia que impone el presente en que vivimos y que nos condiciona social y mentalmente. Esta falta de consistencia ha llevado a los profesionales de las ciencias duras a ubicarnos a veces muy cerca de los novelistas.

Llevo un buen rato indagando el pasado chiapaneco. Ha sido una labor de largo aliento, comparable al oficio de un psiquiatra que dedica años a escuchar las confesiones de una paciente que viene a pedir ayuda. Digo: una paciente, porque es una sociedad la que he recibido durante todos estos años en mi consultorio de historiador regional. Al principio ella me habló sólo de sus problemas recientes, utilizando un lenguaje poco articulado. Sin embargo, poco a poco fuimos, ella y yo, poniendo orden en nuestras conversaciones y empezamos a desempolvar recuerdos más profundos. Con el tiempo, la señora Chiapas llegó a confiarme cosas íntimas que le habían sucedido en su niñez y en su juventud, pero que no había querido mencionar antes.

Fragmento del libro La memoria interrogada, publicado en 2003, en San Cristóbal de las Casas, con tiraje de 100 ejemplares. La liga para leer el texto completo es: www.ciesas.edu.mx/desacatos/15-16%20Indexado/4%20Legado%202.pdf

Por un civismo global Adolfo Sánchez Rebolledo

Por un civismo global
Adolfo Sánchez Rebolledo

Joseph E. Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia y premio Nobel de Economía, tomó la palabra entre los jóvenes –y los no tanto– que acampan en un claro del Parque del Retiro para discutir el futuro del Movimiento, el M-15, cuya inesperada emergencia ha marcado la crisis española. Esta es, por así decir, la segunda vuelta de una larga batalla que ahora inicia el camino a Bruselas, sede de los poderes que toman las decisiones europeas. Lejos de la crispación, los manifestantes saben que hay mucho por hacer, mucho que discutir y mucho que estudiar para avanzar con fuerza de aquí en adelante. Por eso, la marcha popular a Bruselas se inicia bajo el lema: Vamos despacio porque vamos lejos, la cual habrá de culminar con una gran demostración global el 15 de octubre, si antes no se precipitan las amenazas de la crisis en todo el orbe.

Stiglitz, en mangas de camisa y megáfono en mano, reiteró con evidente simpatía hacia sus oyentes las tesis que viene defendiendo en todos los foros: Los mercados no son eficientes, a pesar de lo que se sigue enseñando en las principales universidades del planeta, transcribe el corresponsal de La Jornada, Armando G. Tejeda. En rigor, estamos ante una crisis ideológica de gran calado que, aun después del desplome de 2008, sus defensores se niegan a reconocer: “Tan sólo unos años atrás, una poderosa ideología –la creencia en los mercados libres y sin restricciones– llevó al mundo al borde de la ruina. Incluso en sus días de apogeo, desde principios de los años 80 hasta 2007, el capitalismo desregulado al estilo estadunidense trajo mayor bienestar material sólo para los más ricos en el país más rico del mundo. De hecho, a lo largo de los 30 años de ascenso de esta ideología, la mayoría de los estadunidenses vieron que sus ingresos declinaban o se estancaban año tras año. Es más, el crecimiento de la producción en Estados Unidos no fue económicamente sostenible. Con tanto del ingreso nacional de aquel país yendo destinado para tan pocos, el crecimiento sólo podía continuar a través del consumo financiado por una creciente acumulación de la deuda”, escribe Stigliz en un texto significativamente titulado La crisis ideológica del capitalismo occidental. Pero las previsiones optimistas surgidas de la recesión no se cumplieron y la derecha volvió por sus fueros imponiendo ajustes brutales que liquidan de un tajo las conquistas sociales adquiridas por el llamado estado de bienestar. La crítica de Stiglitz a las grandes universidades estadunidenses y europeas parece completamente justificada pues es en ellas donde, en lugar de incubarse las alternativas, se gestan los dogmas que la repetición acrítica y machacona ha convertido en las ideas dominantes de nuestra época.

Es en ese contexto de pobreza intelectual y moral que adquiere trascendencia la aportación de Stéphane Hessel, cuyo manifiesto ¡Indignaos! supuso una revolución editorial que de inmediato ha tomado cuerpo, fuerza material en una serie de ideas extraídas del viejo baúl de la ética republicana y democrática de la resistencia contra el nazismo y el nacimiento de los derechos humanos como un pacto universal. Más allá del llamado contra la indiferencia, Hessel pide renovar el compromiso con dichos valores, la renuncia a una modernidad que no es más que una forma de encubrimiento de los viejos males, ahora en la dimensión global. En conversaciones con el joven ecologista Gilles Vanderpooten, Hessel llama a la capacidad de indignación para plantear alternativas que sean superiores y viables a las que ofrece el fatalismo ideológico del poder. No es la suya una utopía. Ni siquiera un programa acabado, pero sí toca las tres o cuatro cuestiones fundamentales de las que depende nuestro futuro como especie, es decir, la sobrevivencia de la sociedad humana. El sujeto de la acción es el ciudadano, pero tampoco hay en su texto una sacralización de ciertas formas de organización o la descalificación del Estado: es un llamado abierto a reaccionar ante los temas ineludibles del presente. “Creo que el escándalo mayor –escribe– es de índole económica: las desigualdades sociales, la yuxtaposición de la extrema riqueza y la extrema pobreza en un planeta interconectado”. Sabe que no es fácil cambiar ese mundo, pues para ello se requiere ir más allá de la protesta o el rechazo elemental a las ideas equivocadas, plantear nuevas fórmulas y avanzar mediante una acción a muy largo plazo. Opositor a la violencia, Hessel reivindica la necesidad de un civismo global que ubica en el primer plano la construcción de la conciencia ecológica , el reconocimiento de la diversidad, la inauguración de una vía que permita el desarrollo sustentable como eje de la restructuración institucional de las relaciones planetarias.

Stiglitz y Hessel son dos de los intelectuales prestigiosos –no los únicos, por fortuna– que hoy alzan sus voces críticas para advertirnos que vamos al despeñadero. Y éstas no puede ser más oportunas cuando la ONU habla de la catástrofe en que se ha transformado el desempleo juvenil en el orbe. O cuando se nos hace saber con cifras incuestionables que los mexicanos hoy somos más pobres que hace pocos años. La esperanza es que los ciudadanos escuchen el mensaje: que es posible comprometerse, actuar, cambiar la vida. Ojalá y nuestra activa sociedad civil que tanto desea abrirse camino hacia los procesos electorales sea capaz de incorporar a su ideario esas materias de escándalo de las que habla Hessel y sepa librar esas batallas cotidianas, a sabiendas de que los grandes males como la violencia no son ajenos a la descomposición causada por la visión que norma la política del poder en sus grandes trazos. Y para ello es preciso, como plantea Stiglitz, otra visión ideológica, no un acomodo al orden establecido.

Jan de Vos y los sueños sembrados Neil Harvey

Jan de Vos y los sueños sembrados
Neil Harvey
J

an de Vos (1936-2011) nos deja una amplia y rica obra que pone en el centro de la atención los anhelos y las luchas de las comunidades de la selva Lacandona. El gran mérito que lo destaca en el campo de la historiografía chiapaneca es haber combinado el estudio riguroso de los procesos sociales con las experiencias de los propios pobladores de la región, entrelazando los análisis del historiador y los de los propios protagonistas.

En este sentido, el último libro de su trilogía sobre la Lacandona, titulado Una tierra para sembrar sueños: historia reciente de la selva Lacandona, 1950-2000 (CIESAS y Fondo de Cultura Económica, 2002), es un texto ejemplar de una narrativa conmovedora de las vidas de diversas personas que, por diferentes razones, encontraron en las cañadas de la selva el lugar idóneo parasembrar sus sueños.

En este libro, Jan describe con mucho detalle las vidas y sueños de mestizos e indígenas, promotores de distintas y encontradas visiones del desarrollo de la selva. A mi juicio, uno de los puntos centrales de esta obra es la importancia de la autonomía como una práctica política que nace de las condiciones de marginación en que muchas comunidades indígenas han sido obligadas a vivir.

La autonomía tiene raíces profundas en las experiencias de colonización de la selva por parte de miles de campesinos que salieron de las fincas en búsqueda de una vida mejor. El libro nos presenta las diversas luchas por la autonomía, como anhelo de organizaciones de nuevo tipo que surgieron del Congreso Indígena celebrado de San Cristóbal de Las Casas en 1974. Nos introduce a dirigentes locales de organizaciones como Porfirio Encino, de la ARIC-Unión de Uniones, y explica las convergencias y divisiones que han marcado el curso del amplio movimiento campesino e indígena en la selva Lacandona.

También Jan habla de los refugiados guatemaltecos que encontraron solidaridad en Chiapas y quienes, desde su experiencia de sufrimiento, reflexionaron y se organizaron para incidir en la reconstrucción social y política de su país. Jan nos lleva a apreciar los análisis y propuestas democráticas de los que emprendieron el retorno a Guatemala en 1995. Por ejemplo, cita la Declaración de Tikal (de 1995):

Nuestro retorno debe ser el inicio de una nueva era, en la que reine la igualdad en nuestros campos. Democracia es una palabra vacía en boca de políticos que se enriquecen con su poder y contribuyen a mantener un orden injusto en el que muy pocos deciden en nombre de la mayoría. La verdadera democracia se basa en consultas permanentes, en la participación de todo el pueblo, en el respeto a la palabra de todos. La democracia es nuestra práctica y nuestra demanda. Construyamos juntos un gran frente con la participación de todos para construir la nueva democracia, el nuevo poder del pueblo. (p. 320)

En este libro, Jan deja claro que la autonomía indígena no es más que la búsqueda de formas propias de organizarse. Terminó de redactar el libro justo cuando los zapatistas estaban regresando a Chiapas de la Marcha del Color de la Tierra, en marzo de 2001, y el reconocimiento constitucional de los acuerdos de San Andrés estaba a punto de ser negado por los legisladores. En este contexto, Jan criticó al gobierno por su política represiva en Chiapas, escribiendo:

“El cerco establecido contra las bases de apoyo del EZLN no perjudica solamente a las comunidades zapatistas, significa también la invasión de los espacios controlados por la ARIC y la Xi’Nich’. El mundo rural entero está sufriendo el asedio de los agentes gubernamentales y de las tropas. Ariqueros y hormigas, de por sí ya convencidos de lo justo de las demandas zapatistas, ahora tienen razones de sobra para rechazar a un gobierno que los oprime de manera directa en su espacio vital. El sueño de autonomía, personificado por Porfirio Encino, compartido por miles de campesinos organizados, corre el riesgo de convertirse en pesadilla si las autoridades continúan negándoles el derecho de decidir sobre su propio destino.” (p. 285)

Jan reconocía las condiciones de pobreza, la falta de acceso a la salud y la educación y la imposición de políticas de desarrollo sin el consentimiento de las comunidades, pero también no se cansaba de subrayar la importancia de la organización social para revertir estas condiciones y crear nuevas esperanzas. Por ejemplo, vio con mucha razón las dificultades que el Plan Puebla-Panamá tendría para que fuera aceptado en la región lacandona, y el hecho de que la tendencia económica de expulsar a la mano de obra campesina también enfrentaba a un medio siglo de organización social y eclesial.

Lo que más le dolía a Jan era la militarización de la región y el carácter permanente de las bases y cuarteles que se extendieron a lo largo de la selva después de 1994. El acoso militar le recordaba su infancia en Bélgica bajo la ocupación de los nazis. Como muchos, Jan notaba que la presencia militar lleva a más problemas sociales y divisiones comunitarias. Él había celebrado el cese al fuego del 12 de enero de 1994, pero la repentina expansión militarista a partir de octubre del mismo año lo llevó a criticar el hecho de que la presencia del Ejército había convertido a la Lacandona en un gigantesco campo militar (p. 401).

Ejemplo de la política represiva en Chiapas fue la destrucción por las fuerzas del orden del mural de la comunidad de Taniperla en el municipio autónomo rebelde zapatista Ricardo Flores Magón en 1998. Es un mural lleno de sueños sembrados por 12 comunidades que adorna el libro y forma parte central del análisis en su último capítulo.

Al igual que el mural que comenta, Jan de Vos, con su vida y su obra, celebró la historia de los pueblos indígenas y sembró sus propios sueños de un futuro con paz, con justicia y dignidad.

Para Emma Cossío Villegas, con un abrazo, de nuestro agradable recuerdo y la memoria que perdura.

lunes, 25 de julio de 2011

El nuevo ejército industrial de reserva europeo: qué busca Alemania acogiendo la fuga de cerebros del sur de Europa


Jorn Boewe · · · · · 24/07/11



La vitalidad del sistema capitalista corta la respiración. Con cada crisis se destruye nuevo capital, al precio que haga falta. Durante años se han perseguido estrategias para poner a la economía contra el paredón. Pero que después de más de dos décadas de competición internacional en el recorte de impuestos para las clases acomodadas, de convertir las finanzas del estado en una palanca y poner a los mercados financieros entre algodones, prácticamente todo el flanco sur de la Unión Europea se encuentre al borde de la bancarrota estatal no significa para el big business ninguna catástrofe, sino sólo un giro de volante hacia un nuevo modelo social.

Algo de todo esto nos lo aclaró el pasado lunes la Agencia Federal de Trabajo: en la lucha contra la desde hace años temida "ausencia de mano de obra cualificada" –en una cuarta parte algo real y en las tres restantes un fenómeno alucinatorio– se resolverá de inmediato con el reclutamiento de solicitantes de trabajo de los estados en crisis del sur de Europa: España, Grecia y Portugal. Personal para el cuidado de ancianos, enfermeros, médicos, informáticos, ingenieros y otros trabajadores cualificados, plazas de empleo –dependiendo del método de cálculo, de cuatro (Agencia Federal de Trabajo) a nueve millones (Oficina Federal de Estadística)– para las que la República Federal no puede encontrar candidatos entre sus parados y quienes trabajan en otras profesiones para las que requieren una calificación inferior. Haberlos, de hecho, los hay, pero no esperen que trabajen a cambio de cuatro perras. Karl Brenke, experto del Instituto Alemán para la Investigación Económica (Deutsches Institut für Wirtschaftsordnung), próximo a los sindicatos, advierte que se trata menos de una ausencia de mano de obra cualificada que de una necesidad creciente de presionar a la baja los salarios en Alemania, sobre todo en los sectores más cualificados.

Un objetivo para el que no se escatiman medidas: el pasado 1 de mayo entró en validez la así llamada "libertad de movimiento de los trabajadores" (Arbeitnehmerfreizügigkeit) para todos aquellos estados que ingresaron en la Unión Europea en el 2004. Sin embargo, los cálculos no surten efecto, los trabajadores no han cruzado las fronteras orientales en estampida. Los trabajadores cualificados de Polonia y los ingenieros de la República checa se imaginan bajo el epígrafe de "trabajo atractivo" algo muy diferente a lo que ofrecen los capitanes de industria alemanes. Uno siempre puede tomar los bártulos y emigrar igualmente a Escandinavia o Europa occidental.

Si se tratase realmente de asegurar a largo plazo el potencial de la inteligencia técnica en la República Federal, a cada tipo de ingeniero que ha ayudado a la economía alemana desde la fundación del país en 1871 hasta su proyección internacional, nuestro sistema educativo tendría un aspecto muy otro. Pero como el coste ascendería a docenas de miles de euros, resulta más fácil cubrir los agujeros en los asuntos de relaciones públicas echando mano de la "fuga de cerebros". Allí donde se encuentre un "estado fallido", se le tiende una mano amiga. Bien lo saben los jóvenes y excelentes trabajadores cualificados de la antigua RDA, que ahora deben hacer la maleta para emigrar al antiguo Oeste. Lo que queda detrás de ellos son, en ambos casos, "paisajes florecientes" (blühende Landschaften) [1]

Nota de traductor: [1] El canciller Helmut Kohl empleó la expresión "paisajes florecientes" (blühende Landschaften) durante un discurso televisado el 1 de julio de 1990, refiriéndose al futuro económico que esperaría a los estados federados tras la Reunificación. La expresión, que fue empleada recurrentemente por la CDU en su propaganda electoral durante la primera mitad de los noventa, se emplea hoy –después del cierre de empresas en los nuevos estados federados, el desempleo masivo y el deterioro de las infraestructuras– con sentido irónico.

Jörn Boewe es un periodista que colabora regularmente con el diario Junge Welt.

Traducción para www.sinpermiso.info: Àngel Ferrero


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Junge Welt, 19 de julio de 2011

domingo, 10 de julio de 2011

No soy de aquí, ni soy de allá / Ne buralıyım ne oralı Letra y Musica / Söz ve Müzik : Facundo Cabral


No soy de aquí, ni soy de allá / Ne buralıyım ne oralı
Letra y Musica / Söz ve Müzik : Facundo Cabral

Me gusta el sol, Alicia y las palomas,
el buen cigarro y la guitarra española,
saltar paredes y abrir las ventanas
y cuando llora una mujer.

Severim güneşi, Alicia’yı ve güvercinleri,
iyi bir sigara ve ispanyol gitarını,
duvarlardan atlayarak pencereleri açmayı
ne zaman bir kadın ağlarsa.

No soy de aqui ni soy de alla
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.

Ne buralıyım ne oralı
ne yaşım var ne geleceğim
mutlu olmak rengidir kimliğimin.

Me gusta el vino tanto como las flores
y los conejos y los viejos pastores
el pan casero y la voz de Dolores
y el mar mojándome los pies.

O kadar severim ki şarabı, çiçekleri
tavşanları,yaşlı çobanları
ev ekmeğini ve Dolores’in sesini
ve ayaklarımı ıslatan denizi sevdiğim gibi.

No soy de aquí ni soy de alla
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.

Ne buralıyım ne oralı
ne yaşım var ne geleceğim
mutlu olmak rengidir kimliğimin.

Me gusta estar tirado siempre en la arena
o en bicicleta perseguir a Manuela
o todo el tiempo para ver las estrellas
con la María en el trigal.

Severim daima uzanmayı kumlarda
ya da bisikletle kovalamayı Manuela’yı
ya da bütün bir zaman yıldızlara bakmayı
Mariayla buğday tarlasında .

No soy de aquí ni soy de alla
no tengo edad ni porvenir
y ser feliz es mi color de identidad.

Ne buralıyım ne oralı
ne yaşım var ne geleceğim
mutlu olmak rengidir kimliğimin.

09.07.2011, Ankara Turquía

Traducción: NADIRE ÖZKAYA


viernes, 1 de julio de 2011

Islandia y la intuición periodística

Islandia y la intuición periodística

Rebeca Araya
Publicado el 26 de Junio, 2011

Vista Desde el satélite, Islandia (Iceland, país de hielo) es un puntito minúsculo, cerca del Círculo Polar Ártico, a medio camino entre Groenlandia y Escocia. Es el país más occidental de Europa y su capital, Reykjavík, la ciudad capital ubicada más al norte del planeta.

Pero esos hitos geográficos son tema menor, al lado de las diferencias que este país marcó a la hora de enfrentar la crisis financiera que tiene por las cuerdas a Europa y Estados Unidos. Y al FMI como supremo juez, decidiendo a qué países les corresponde el infierno de la bancarrota y cuáles sobrevivirán, a punta de préstamos que reemplazan la quiebra por el largo calvario de una deuda, al servicio de la cual cada ciudadano se levanta más pobre de lo que era al irse a dormir…con excepción de los banqueros. Así era al menos hasta el 7 de junio de 2011, cuando Islandia inició juicio a su ex Primer Ministro, el conservador Geeir Haarde, por su responsabilidad en la crisis que llevó a la bancarrota al país, en octubre del 2008.

Haarde se convirtió así en el primer líder político en el mundoimputado por la crisis global que remece al capitalismo. La determinación de llevarlo a la justicia, surge de un acuerdo alcanzado en septiembre del 2010 en el Parlamento islandés, tras el informe de una comisión investigadora cuyas conclusiones establecieron la necesidad de juzgar también a ejecutivos de la banca. El ex Premier hoy está acusado por la fiscalía de:”actuar con extrema negligencia durante la crisis (…) y ocultar información a los ciudadanos y a su Gobierno sobre la gravedad de los datos de que disponía”, mientras el ex presidente de uno de los tres bancos que quebraron el 2008 pasó, a inicios de mayo, 12 días en prisión preventiva, acusado de ejecutar“prácticas criminales” durante su gestión, lo que acrecentó la estampida de banqueros fuera de la isla. Fuga por demás inútil, pues el gobierno de Jóhanna Sigurðardóttir, sucesora de Haarde y actual gobernante, encargó a Interpol su captura y nueve de ellos fueron detenidos en Londres el pasado marzo.

Así están las cosas en un país que, a fines de junio, debe someter al parlamento el borrador de la primera Constitución en el mundo redactada con la participación activa de la ciudadanía, a través de las redes sociales

INTUICION PERIODISTICA

No dejo de preguntarme por qué este tema no da para titulares en la prensa local y pasó sin acaparar portadas aún en la prensa Europea. Al fin y al cabo, antes que termine el 2011 podría llegar a la cárcel, como uno de los responsables políticos de la debacle financiera global más grave desde la crisis del ‘29, el ex Premier del país que, por dos años seguidos (2005 y 2006), desbancó a Noruega del primer lugar en el Índice de Desarrollo Humano elaborado por el PNUD considerando tres parámetros: vida larga y saludable, educación ynivel de vida digno; ranking en el cual Chile ocupó el lugar Nº 45 el 2010.

Llegué al tema por corrillos en facebook y otras redes. Descubrí que es la democracia más antigua del mundo (se remonta al 930 DC) en un país cuyo idioma, el islandés, es el mismo que hablaron los vikingos, lo que lo hace una de las lenguas vivas más antiguas del planeta. Eso significa que hoy pueden leer escritos que se remontan a sus antepasados de primer milenio, en su lengua original. La población habla además inglés y danés, lenguas que estudian desde los 11 años y entre los jóvenes, sobre todo en Reykjavík, no son raros los hispanoparlantes. Me auto asigné la tarea de organizar la información que circula y reportear en la red, porque tal vez no sea tan equivocada mi intuición y alguien se interese por conocer y comprender este proceso, que algunos llaman “revolución silenciosa” …¿o era “revolución silenciada”?.

PAIS DE VERANOS FUGACES

Islandia es una isla de origen volcánico, cuya principal industria es la pesca. El turismo es una actividad económica muy desarrollada pese al clima y, a propósito de él, aprendí un chiste islandés: “Me avisaron que había llegado el verano –dice un hombre- pero justo tuve que ir al baño, así que me lo perdí”.

Noche boreal (blog nosinmibici.com)

En esta época del año -temporada alta que se prolongará hasta mediados de agosto- el día es interminable y un sitio turístico sugiere:“proponer matrimonio bajo las auroras boreales es una experiencia que no se olvida”. No parece mala idea. Les dejo un par de links, souvenir de mis jornadas virtuales por esos lares, provenientes de un colega ciclista cuyo blog recomiendo enfáticamente:

http://nosinmibici.com/2010/07/24/senderismo-en-el-sur-de-islandia/

http://nosinmibici.com/2010/05/08/islandia-otro-planeta-en-la-tierra/

EL VIEJO ASUNTO DE LA BURBUJA

Un creciente flujo de capital expandió las economías norteamericana y europea en esta década. Para los 329.279 islandeses que, según las N.U., residen en los 103.000.Km2 que ocupa la isla (algo más pequeña que la Región de Aysen en Chile) aquello se tradujo en un incremento en su desarrollo. El 2008, cuando contaban con la mejor calidad de vida del mundo, algunos advertían que el capital artificialmente inyectado en la economía en calidad de préstamos, constituía una burbuja financiera. Y que, tarde o temprano, toda burbuja… explota.

El documental “Inside Job”(trailer en http://www.youtube.com/watch?v=93ewgPVBpK4. ) Oscar 2011 en su categoría y premiado en los festivales de Cannes, New York y Toronto en 2010, desarrolla al respecto una teoría que hasta hoy nadie desmiente: movidos por la usura, los banqueros norteamericanos especularon inescrupulosamente con los ahorros, depósitos, pensiones e hipotecas de sus clientes. Ello fue posible gracias a la desregulación del sistema financiero que inició Reagan e incrementaron los dos Bush y el demócrata Bill Clinton. El documental está disponible en Youtube, para quien se dé el tiempo de bajarlo, y de él se infiere una fórmula perfecta: desregulación más codicia multiplicado por especulaciones inescrupulosas, es igual a: la tragedia de cientos de miles de personas perdiendo ahorros y empleo en ese país y en todo el mundo.

Pero Islandia no necesitó el documental para anticipar esa conclusión. El sector financiero se desreguló y privatizó el año 2000. A partir de entonces, los bancos ofrecieron préstamos con intereses desmedidos y especularon tomando, a su vez, préstamos con bajos intereses en el extranjero. Seducidos por los altos intereses ofertados, inversionistas externos, principalmente británicos, americanos y holandeses, depositaron su dinero en bancos de la isla. El colapso era previsible, pues los fondos comprometidos excedían con mucho los activos de la banca privada.

Pese a los avisos emitidos -entre otros- por el Banco Central, el Primer Ministro Geeir Haarde no adoptó medidas para prever el colapso o reducir sus efectos. En octubre de 2008, el Banco Central de Islandia informó que el dinero adeudado por la banca privada al extranjero en el segundo trimestre de ese año, equivalía seis veces el PIB del país. Se dejaba sentir la crisis financiera mundial. El parlamento aprobó una Ley para permitir al gobierno hacerse cargo de los bancos y como éstos no tenían capital para cubrir sus deudas, uno por uno fueron nacionalizados. Las cosas fueron de mal en peor, la Bolsa suspendió su actividad cuando sus valores se hundieron más de un 70% y la moneda islandesa (corona) perdió más de la mitad de su valor. El país estaba en quiebra.

Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?

Casi de un día a otro, cada ciudadano islandés enfrentó las situaciones cotidianas en que derivan cifras como estas, tomadas del Centro Nacional de Estadísticas islandés (ver www.statice.is): el 2009 la tasa de desempleo alcanzó el 7,2% (13.100 personas sin trabajo) cuando las más altas cifras de cesantía en la historia reciente del país se remontan a mediados de los ’90, alcanzando -en su peack- al 5,3% de la población económicamente activa. El IPC subió un 11,9% de abril de 2008 a abril de 2009 y los precios se incrementaron en un 20% desde abril de 2008 hasta enero de 2009.

No se requiere mucha imaginación para deducir el quiebre social, cultural y político que siguió a la catástrofe financiera. En la experiencia política de los islandeses, la última vez que las mayorías ciudadanas confrontaron al poder fue en 1949, cuando se manifestaron contra la Otan. Enfrentados a una crisis que afectó transversalmente a la sociedad, constataron que ningún partido o líder advirtió la crisis inminente o se opuso a sus responsables y, ya en medio de ella, la clase política no lograba articular respuestas coherentes.

Para salvar la situación, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prestó US$2.100 millones y los países nórdicos ayudaron con otros US$ 2.500 millones. La deuda externa se disparó hasta superar nueve veces el PIB de la isla y se inició un debate nacional: con cargo a esos préstamos ¿deberían el país asumir la deuda de la banca privada, devolviendo a los inversionistas sus capitales, porque los privados hicieron ofertas sin respaldo en sus propios recursos?

LA HORA DE LOS NUEVOS LIDERES

A los 63 años, Hörður Torfason, escritor, cantante, compositor, activista y una de las voces que advirtieron -en años precedentes- el riesgo a que se sometía el país bajo las prácticas de un liberalismo desenfrenado, optó por pasar de la denuncia a la acción. Apareció un sábado ante el edificio del Parlamento, premunido de una cacerola que golpeaba con una cuchara de palo y se puso a protestar. Tiempo después, contó a un periódico hispano que fue tan nuevo aquello de ver protestas callejeras, que los transeúntes se acercaban a preguntarle qué estaba haciendo y “para qué tanto ruido”. La policía, por su parte, observaba desde el desconcierto. Terminaba el 2008.

LA BANDERA DEL CERDO

El 22 de enero de 2009, ya los islandeses habían comprendido la convocatoria de Torfason y 2.000 personas enfrentaron a la policía frente al parlamento, lanzando a los agentes del orden pintura, huevos, zapatos y lo que tuvieran a mano. Las manifestaciones se multiplicaron día a día durante 5 meses, abarcando hasta los más apartados puntos del país. En una de ellas, un joven trepó al tejado del Parlamento y sustituyó la bandera patria por la de un supermercado, cuyo logo es un cerdo sonriente. El estandarte flameó más de un día sobre el edificio de gobierno, antes que las autoridades se dieran cuenta.

La clase política islandesa destacó la creciente violencia, enfatizó la necesidad de unirse ante la crisis y criminalizó los desmanes. Torfason promovió una nueva conducta: cada vez que la policía reprimía a los manifestantes, ellos compraban flores, las regalaban a los agentes e iniciaban un diálogo, respondiendo a los palos con preguntas sobre cómo afectaba a los policías la crisis y convirtiendo las detenciones en las comisarías en foros abiertos o espacio para dirigir discursos a sus captores. Torfason enunció como principios del movimiento que lidera, la defensa de la libertad de expresión y el compromiso con la no violencia activa, así como la necesidad de devolver a los ciudadanos el protagonismo en el debate de los asuntos del Estado y la necesidad de“evitar el fanatismo”. Su técnica es pedir opinión a la gente, crear un foro informal sobre los temas a resolver y entrar en acción a partir de los acuerdos que movilizan a la mayoría.

ASAMBLEA CONSTITUYENTE

Las masivas concentraciones consiguieron la dimisión del Primer Ministro Geeir Haarde y del Parlamento, junto a la convocatoria a elecciones anticipadas. En abril de 2009 fue elegido el gobierno de coalición, formado por la Alianza Social-Demócrata y el Movimiento de Izquierda Verde, que encabeza hoy Jóhanna Sigurðardóttir.

Pese a las magras cifras de la economía, el Parlamento propuso la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda, compromiso que recaería –vía impuestos- sobre cada islandés mensualmente durante 15 años, al 5,5% de interés. Las protestas volvieron a las calles, exigiendo que la decisión fuera plebiscitada. En marzo de 2010 un aplastante 93% se negó a devolver la deuda, al menos en esas condiciones. Los acreedores rebajaron el interés al 3% y ampliaron el plazo a 37 años. El parlamento aprobó esa moción por tan estrecho margen, que se optó por un nuevo referéndum. Un 60% rechazó la decisión del parlamento esta vez y la no devolución de capitales se impuso. Ahora es trabajo de los políticos negociar con los acreedores y resistir sus presiones.

En este contexto se optó por redactar una nueva Constitución, que recogerá las lecciones aprendidas, sustituyendo el marco jurídico que posibilitó a quienes ejercen el poder político, coludidos con el poder financiero, pasar por sobre la voluntad e intereses de los electores a que representan

En lugar de entregar la tarea a expertos y políticos, Islandia decidió recurrir a los ciudadanos. Más de 500 candidatos postularon a integrar la Asamblea Constituyente que redactará la Carta Magna. Fueron elegidos 25 de ellos, entre los que hay abogados, estudiantes, periodistas, granjeros y representantes sindicales. La Asamblea electa ha pedido ideas a los islandeses, especialmente a través de redes sociales como Facebook, Twitter, YouTube y Flicker. “Siempre me ha quedado claro que un examen exhaustivo de la Constitución sólo se llevaría a cabo con la participación directa del pueblo islandés”, declaró la Premier Johanna Sigurdardottir, impulsora de la revisión de la nueva Constitución desde que asumió el cargo.

Los interesados en presentar recomendaciones deben proporcionar sus nombres y direcciones. Las ideas se transmiten a la Asamblea, pero están abiertas a la discusión en línea. El borrador de la nueva Constitución deberá completarse a finales de junio, aunque la Asamblea puede solicitar una prórroga de un mes. Después de eso, el trabajo de los ciudadanos será enviado al parlamento, para su debate y aprobación final.

Otra vez me dan ganas de terminar mi crónica con un comentario del ilustrador Guillo Bastías, (www.guillo.cl. ) porque de algún modo siento que une experiencias y posibilidades de acá y de allá. Otra intuición periodística.