domingo, 24 de mayo de 2009

El profesor Miguel Hagerty ha presentado


La hora de Turquía
Miguel Hagerty Actualizado 24.05.2009 - 01:00




YA durante la Gran Guerra, 1914-1918, los poderes aliados calificaban a Turquía como "el hombre enfermo de Europa". ¿De dónde? Sí, de Europa. Es decir, que desde hace casi cien años los políticos europeos consideraban que Turquía formaba parte de Europa. Aunque el origen del término no está claro -se ha atribuido desde al Zar Nicolás I, en un claro rechazo a la hegemonía económica de Europa Occidental en Anatolia, hasta a un editorial del New York Times de 1860-, sí queda fuera de duda desde un punto de vista semántico que para cualquier lector de principios del siglo pasado, Turquía formaba parte de Europa. Pachucha, pero europea.El argumento repetido hasta la saciedad de que Turquía no puede formar parte de la Unión Europea porque no es Europa, cae por su propio peso cuando repasamos la lista de países participantes en el casposo evento de Eurovisión, o los competidores en la copa del Eurobasket donde sí figura Turquía como participante, junto a aquel otro gran país europeo, Israel. Ya puestos, Turquía forma parte de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte desde 1952 -¿por sus playas atlánticas?-; treinta años antes que España.Se critica el incipiente islamismo -en el sentido de fundamentalismo islámico- en Turquía. Veamos el artículo 24 de su Constitución: "A ninguna persona se le permitirá explotar o abusar de la religión o sentimientos religiosos, o las cosas tenidas como sagradas por la religión, de ninguna manera cualesquiera, por motivos de influencia personal o política, ni siquiera para basar parcialmente el orden fundamental, económico, político o legal del Estado basándose en creencias religiosas". No hay la más mínima mención del islam en todo el texto de su Carta Magna.Comparémoslo con nuestro artículo 16, párrafo 3: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". Existen referencias similares otorgando un estatus especial a la Iglesia Católica en Irlanda, Malta y Polonia. El momento de incorporar a Turquía en la UE es ahora; todos los argumentos en contra de su incorporación se basan en las contradicciones socio-económicas de siempre del capitalismo neoliberal, para los opositores más finos, y en prejuicios raciales para los "europeos" más reaccionarios.Siempre he mantenido que la historia de la Mezquita de Córdoba forma parte de la historia de Europa. ¿Santa Sofía va a ser menos? Son iguales de europeos que nosotros y les necesitamos.


http://www.granadahoy.com/article/opinion/431364/la/hora/turquia.html

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