miércoles, 29 de abril de 2009

Pandemia y la falsa ira divina

Pandemia y la falsa ira divina
Bernardo Barranco V.

El temor a los efectos devastadores de epidemias ha estado presente a lo largo de toda la historia de la humanidad. Desde tiempos inmemoriales hemos sido azotados por epidemias que causaron catástrofes demográficas; desde la prehistoria han abundado explicaciones extravagantes, llenas de mitos, sólo hacia mediados del siglo XIX comenzó a aclararse la etiología de las enfermedades infecciosas, es decir, el conocimiento del papel patogénico de los microorganismos, y el descubrimiento de la coevolución del ser humano con los agentes patógenos.

La información sobre las epidemias en el mundo antiguo y en la Edad Media es poco clara, tanto en lo referente a la población de las áreas afectadas por las plagas, como respecto al número de víctimas. Ya el Libro de los Reyes de la Biblia alude a una catástrofe que se suscitó entre las tropas asirias que sitiaban a Jerusalén, en el siglo VIII aC; sin embargo, la gran pandemia del mundo occidental se desata durante el siglo XIV, cuando Europa se vio azotada por pestes y hambrunas. Falleció entre un tercio y la mitad de la población europea a causa de la peste negra, llamada así por las manchas oscuras que anunciaban su presencia. Ahora sabemos que la enfermedad era peste bubónica. Para la población eran signos de muerte, de rebeliones populares y de castigos por pecados cometidos, personales y colectivos, lo cual se traducía en pesimismo y desesperanza.

nota completa: La jornada

No hay comentarios: