domingo, 6 de junio de 2010

La verdad detrás de la propaganda israelí. Robert Fisk

La verdad detrás de la propaganda israelí

Robert Fisk* / La Jornada

Desde luego, me ha enfurecido el hecho de que hombres armados ataquen barcos en aguas internacionales, maten a pasajeros que intentaron resistirse y después esos mismos secuestradores obliguen a las embarcaciones capturadas a ir a sus puertos. Me refiero, por supuesto, a los piratas somalíes que asuelan a barcos occidentales en el océano Índico. ¿Cómo se atreven esos terroristas a tocar nuestras naves desarmadas en altamar? Qué bueno que nuestros buques de guerra permanecen en esa zona: para prevenir actos terroristas.

¡Ups! Al menos los israelíes no han exigido rescate. Sólo quieren que los periodistas les hagan propaganda de guerra. Apenas comenzada la semana, los “comandos” guerreros israelíes atacaron un barco turco con ayuda humanitaria para Gaza y mataron a tiros a nueve de sus pasajeros. Para el fin de semana, quienes protestaban se habían convertido en “activistas armados por la paz”, antisemitas violentos, quienes “profesan el pacifismo mientras rezuman odio y machacan a otro ser humano con un tubo de metal”. Me gustó esta última parte. El hecho de que la persona que estaba siendo golpeada aparentemente disparaba contra otro ser humano con un rifle no es retomado en esta extraña versión de la realidad.

Las familias turcas de los pasajeros afirman que sus hijos son “mártires”, pues así llaman a quienes han muerto por disparos de los israelíes, y esto ha dado pie para que los israelíes “confirmen” que existe una guerra santa (jihad). “Desde ese barco de ayuda humanitaria, un srilanqués me envió un mensaje que decía: ‘tenía yo a bordo a mi sobrina, sobrino y su esposa. Desafortunadamente, Ahmed (el sobrino de 20 años) recibió un disparo en la pierna y ahora recibe tratamiento bajo custodia militar. Te mantendré informado’”. Y así fue. En cuestión de horas, la prensa estaba ya en casa de la familia srilanquesa radicada en Australia, y exigía saber si Ahmed era jihadista o un potencial atacante suicida. La propaganda funciona ¿ven?

No hemos visto una sola fotografía de los que protestaron porque los israelíes se robaron el cargamento de ayuda. Nadie nos ha dicho aún cómo fue que el barco turco, que transportaba a tan despiadados hombres, no fue capturado durante su largo viaje desde Turquía debido a su plan de ayudar a los terroristas, aun cuando la nave mantuvo comunicación con diversos puertos. Sin embargo, el profesor Gil Troy, de la Universidad McGill de Montreal, quien escribe en el rabioso diario Canadian National Post, tuvo la oportunidad de escupir bilis contra “los pacifistas armados” el pasado jueves.

Personalmente, no me sorprendieron los asesinatos a bordo del barco turco. En Líbano tuve oportunidad de ver a esa turba de ejército al que llaman “de elite” actuar sin disciplina alguna y disparar a civiles. Los vi observar la matanza de palestinos en Sabra y Chatila la mañana de un 18 de septiembre (un día después de la carnicería) a manos de sus violentos aliados de la milicia libanesa. Presencié la masacre de Qana, ejecutada por tiradores israelíes en 1996, y escuché a uno de los soldados llamar a los 106 civiles muertos, muchos de ellos niños, “arabushimi”, que es un término despectivo contra los árabes que fue publicado tal cual por la prensa israelí.

Entonces, el gobierno del premio Nobel de la Paz, Shimon Peres, afirmó, de manera totalmente falsa, que había terroristas entre los civiles muertos, pero ¿a quién le importó? Después ocurrió la segunda matanza de Qana en 2006, y luego en 2008 y 2009 fueron asesinados mil 300 palestinos, en su mayoría niños, y así sucesivamente...
Bueno, después se difundió el reporte Goldstone, encargado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que concluyó que las tropas israelíes, (al igual que Hamas) cometió crímenes de guerra en Gaza, pero el documento fue tachado de antisemita, y su autor, el respetado jurista judío Richard Goldstone, de Sudáfrica, fue calumniado y llamado “hombre perverso” por el siempre vociferante Al Dershowitz, de Harvard. El documento, además, fue tildado de “controversial” por la valiente administración de Obama. “Controversial”, por cierto, significa básicamente: “Vete a la mierda”. Existen dudas al respecto, verán; es un asunto traicionero.

Volvamos a nuestra cronología. Después tuvimos el asesinato por parte del Mossad de un funcionario de Hamas en Dubai, en el que estuvieron involucrados al menos 19 pasaportes falsificados, británicos y de otras nacionalidades. ¿La respuesta que dio nuestro patético ministro del Exterior del anterior gobierno, David Miliband? Lo llamó “incidente”, pero no tocó el tema del asesinato de un fulano en Dubai, dénse cuenta. Sólo se trató de la duplicación de pasaportes británicos, un tema sumamente “controversial” y bueno, ahora tuvimos el asesinato de nueve pasajeros en el mar, a manos de los nuevos héroes israelíes.

Lo sorprendente de esto es cuántos periodistas occidentales, incluida la pusilánime cobertura de la BBC sobre los barcos de ayuda a Gaza, están escribiendo como periodistas israelíes, mientras éstos escriben sobre los asesinatos con el valor que los comunicadores occidentales deberían demostrar.

En cuanto al ejército israelí, hablemos del devastador reporte que Amos Harelis escribió para Haaretz, en el que analiza la conformación de las filas militares. En el pasado, muchos de los soldados venían de la tradición de izquierda de los kibutz, de Tel Aviv y sus alrededores o de la planicie costeña de Sharon. En 1990, sólo 2 por ciento de los cadetes eran judíos ortodoxos. Hoy los religiosos conforman 30 por ciento de los soldados. Seis de cada siete tenientes coroneles en la brigada Golani son religiosos. Más de 50 por ciento de los comandantes en los batallones de infantería son “nacional” religiosos.

No hay nada de malo en ser religioso. Aunque Harelis no enfatice este punto, muchos ortodoxos apoyan la colonización de Cisjordania, y por lo tanto, se oponen a un Estado palestino.

Son los colonizadores ortodoxos israelíes quienes más odian a los palestinos e insisten en borrar cualquier oportunidad que exista para la formación del Estado palestino, de la misma forma en que funcionarios de Hamas quisieran borrar del planeta a Israel.

Irónicamente, fueron los superiores del “viejo” ejército israelí quienes alentaron a los “terroristas” de Hamas a construir mezquitas en Gaza para que existiera un contrapeso para el “terrorista” Yasser Arafat cuando estaba en Beirut. Yo fui testigo de una de las reuniones que se celebraron con ese fin.

Pero será la misma historia del pasado y seguirá así hasta que el mundo despierte. “Nunca conocí un ejército tan democrático como el de Israel”, afirmó el infortunado filósofo francés Bernard-Henri Levy horas antes de la matanza de Sabra y Chatila.

Sí, el ejército israelí no es el segundón de nadie; es sobresaliente, humanitario y heroico. Nada más no se lo digan a los piratas somalíes.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

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