lunes, 23 de febrero de 2009

JORGE GÓMEZ NAREDO Felipe Calderón: entre debilidad y autoritarismo

¿Será que lo que vemos es irreal: el dólar a 15 pesos, el desempleo desbordado, el dinero insuficiente para lo necesario, la pobreza, la desesperanza, un modelo económico que no funciona, un país que se viene abajo y un gobierno inepto e ineficaz? ¿Será que mentimos?, ¿que nuestros ojos y nuestros bolsillos nos engañan: son falaces?, ¿será que somos catastrofistas?, ¿que pensamos siempre de manera pesimista?, ¿que sembramos la desilusión y somos agoreros de fatídicos hechos?, ¿será que engañamos y, además, enconamos a la sociedad? ¿Será?

El jueves pasado, en la ciudad de Querétaro, Felipe Calderón condenó a todo aquel que piense que algo falla en el país a ser una especie de traidor a la patria, a la democracia y a las instituciones: “debemos rechazar todos el catastrofismo sin fundamento, particularmente ahora llevado a extremos absurdos, que daña sensiblemente al país, a su imagen internacional, ahuyenta inversiones y destruye los empleos que los mexicanos necesitan. Hagamos a un lado el alarmismo, que ignora los esfuerzos que todos hacemos por superar nuestros desafíos. […] Se puede discrepar, pero no deliberadamente falsear, dividir y enconar. Se puede opinar distinto en el marco de libertad que el propio Estado garantiza, pero no atentar contra el Estado mismo”. Quien critica, quien alza la voz, quien busca salidas a la crisis, quien desespera ante el inmovilismo de un gobierno ineficaz, quien quiere a su patria y la defiende, quien busca la democracia a partir de la participación de todos, ¿es catastrofista? En la visión de Felipe Calderón, sí. Y además, es una amenaza, porque ahuyenta las inversiones y “destruye” empleos: un peligro para México, pues. Leer más.

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