lunes, 16 de febrero de 2009

Crisis versus potencialidades

México hoy.
J. M. Taverna Irigoyen.
Santa Fe, Argentina.
México es un país que mira al Primer Mundo. Sin duda. A pesar de décadas de gobiernos débiles y conflictos políticos disgregantes. Un país que crece y cree en su crecimiento y potencialidades futuras. Hay un eslógan que asegura, para el 2050, que México, de acuerdo a su genoma (sic), estará entre las cinco potencias mundiales. Todo esto, frente a una realidad inquietante, con problemas gravísimos y una conducción política muy poco convincente y práctica.

El presidente no es popular. Tampoco le alcanza el “piné” para ser impopular: gran parte de la ciudadanía, directamente lo ignora. Así, se puede contar la increíble anécdota de una guía de turismo, que quedó vacilante ante un recién llegado que le inquirió el nombre de quien los gobierna. Y que en minutos, preguntó sin rubor, a un colega, dicha precisión onomástica. Pero también, si alguien quiere saber en el edificio del Palacio Nacional si allí trabaja Calderón Hinojosa, puede que se le responda muy seriamente: vive en la residencia El Pinar; pero trabajar, no trabaja.

México tiene escala de gran país. No sólo por los 108 millones de mexicanos (en el 2010 el censo, que regularmente se hace por décadas, precisará la cifra) ni por poseer la capital más extensa del mundo: México DF, con 28 millones de almas. México es monumental en sus edificios, en sus trazados urbanísticos, en sus proyecciones empresariales, en su potencia étnica de más de 6 millones de mayas que sobreviven con dignidad y olvido. Pareciera que toda la herencia de aztecas y olmecas, de teotihuacanos y toltecas, de mayas y zapotecas, formara una trama mágica, más allá de templos y pirámides, y se extendiera como un manto de sabia protección. Leer más.

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