Cuestiona uso del nombre de Clara Brugada
Correo ilustrado La Jornada
Tengo entendido que es un delito que una persona utilice para su provecho el nombre de otra sin el debido consentimiento; es el caso de actores, actrices, deportistas o de cualquier persona con cierta fama.
Clara Brugada bien podría notificar por escrito al PRD capitalino y al Instituto Electoral del DF que por ningún motivo permite que se use su nombre en las boletas electorales para provecho de la señora Silvia Olivo, y que en caso de hacerlo los llevaría a juicio por quebrantar la ley en su perjuicio.
Esto le serviría al PRD del Distrito Federal para excusarse de ejecutar el mandato del tribunal, pues nadie está obligado a cumplir una orden que en sí, configuraría un delito, por muy leve que éste sea. Esto mismo opera para el IEDF.
Creo que de esta forma se puede señalar y ubicar, una vez más, la descomposición de los aparatos encargados de impartir “justicia” que en un afán de destruir a la verdadera oposición, no reparan en aplastar las leyes que dicen aplicar.
Manuel Deffis Ramos
Correo ilustrado La Jornada
Tengo entendido que es un delito que una persona utilice para su provecho el nombre de otra sin el debido consentimiento; es el caso de actores, actrices, deportistas o de cualquier persona con cierta fama.
Clara Brugada bien podría notificar por escrito al PRD capitalino y al Instituto Electoral del DF que por ningún motivo permite que se use su nombre en las boletas electorales para provecho de la señora Silvia Olivo, y que en caso de hacerlo los llevaría a juicio por quebrantar la ley en su perjuicio.
Esto le serviría al PRD del Distrito Federal para excusarse de ejecutar el mandato del tribunal, pues nadie está obligado a cumplir una orden que en sí, configuraría un delito, por muy leve que éste sea. Esto mismo opera para el IEDF.
Creo que de esta forma se puede señalar y ubicar, una vez más, la descomposición de los aparatos encargados de impartir “justicia” que en un afán de destruir a la verdadera oposición, no reparan en aplastar las leyes que dicen aplicar.
Manuel Deffis Ramos
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