Rousseff jura como la primera presidenta de Brasil
“Mi compromiso es honrar a las mujeres y proteger al frágil”, dijo. Nombra nueve ministras.
Afp / La jornada
Publicado: 01/01/2011 11:03
Basilia. La economista Dilma Rousseff, de 63 años, se convirtió este sábado en la primera mujer presidente de Brasil, en sustitución del popular Luiz Inacio Lula da Silva, a quien rindió homenaje con un llamado a profundizar las reformas sociales de su gobierno.
Ex integrante de la resistencia armada a la dictadura militar (1964-1985), por lo que pagó con torturas y tres años de cárcel, y pieza fundamental del gobierno de Lula desde dos ministerios, Rousseff asumió el mando de la octava economía del mundo con un homenaje a su “padrino político”, quien la condujo a la Presidencia.
"El mayor homenaje (a Lula) es ampliar y avanzar las conquistas de su gobierno", afirmó Rousseff ante los miembros de las dos cámaras del Congreso que la aplaudieron de pie.
Rousseff señaló que Brasil tiene la "oportunidad" de convertirse en una "nación desarrollada" con "estilo brasileño" y un fuerte componente de sostenibilidad ambiental.
Para ello, llamó a la unión de las instituciones para mantener los buenos fundamentos que sostuvieron el crecimiento brasileño en los últimos años, y pidió especial apoyo al asumir el "compromiso con la erradicación de la pobreza extrema" en Brasil, donde 20 de los poco más de 190 millones de habitantes se encuentran en esa situación.
"Aún existe una pobreza que avergüenza a nuestro país", lanzó durante su primer discurso tras asumir el cargo ante el Congreso.
"No voy a descansar mientras haya en Brasil brasileños sin alimentos en su mesa, y niños pobres abandonados a su propia suerte", prometió, en medio de aplausos de los legisladores y jefes de Estado presentes en el Parlamento, entre ellos varios latinoamericanos.
Rousseff se comprometió, además, a profundizar la integración latinoamericana.
"Seguiremos empeñados en profundizar la integración con nuestros hermanos latinoamericanos", sostuvo ante el plenario del Congreso brasileño.
El nuevo gobierno brasileño buscará "asociar su desarrollo económico y político a nuestro continente", remarcó.
Rousseff enfatizó que pretende dar una "consistencia cada vez mayor al Mercosur" integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, además de Chile y Bolivia como miembros asociados externos y Venezuela en proceso de adhesión.
"Vamos a dar especial atención a los países emergentes", aseguró.
"Profundizaremos las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea", añadió.
Rousseff, elegida para gobernar por cuatro años, llegó al Congreso bajo una intensa lluvia que obligó a modificar partes de la ceremonia, sin que ingresara a la Catedral de Brasilia.
Luego del Congreso, se dirigió al Palacio do Planalto donde Luiz Inacio Lula da Silva entregó a la presidenta Dilma Rousseff, la banda presidencial verde y amarilla en el punto culminante de la ceremonia de traspaso de mando a las puertas del palacio de Planalto, ante miles de brasileños y autoridades invitadas.
Dilma Rousseff llegó al Palacio presidencial en el Rolls Royce abierto acompañada de su hija. Subió a pie la rampa que conduce a la entrada principal del marmóreo y acristalado palacio, acompañada del vicepresidente Michel Temer, a las puertas del cual la esperaba Lula, quien poco antes había sido recibido con vítores y gritos de "Olé, Olé, olá, Lula, Lula", tanto por las autoridades dentro del palacio como por las multitudes fuera.
Lula abrazó emotivamente a Rousseff, quien fue su mano derecha en el gobierno como jefa de gabinete, y levantó los brazos de la flamante presidenta y del vicepresidente en señal de victoria. Con la transferencia de la banda presidencial, seguida del discurso a la nación de la nueva presidenta, concluye las ceremonias de investidura.
Lula, quien deja el poder con una popularidad récord de 87 por ciento después de ocho años de gobierno, pasará el mando a su “protegida política” e inmediatamente abandonará Brasilia rumbo a su residencia en Sao Bernardo do Campo, un suburbio obrero industrial, próximo de Sao Paulo, en donde gestó su liderazgo sindical en los años 70.
Rousseff pasará a ocupar el despacho principal del Palacio do Planalto en un momento de expansión sostenida de la economía, con una previsión de crecimiento de 7.6 por ciento del Producto Interno Bruto en 2011 y una tasa de desempleo de 5.7 por ciento en noviembre, un mínimo histórico.
No obstante, la supervalorización de la moneda local (que permitió la acumulación de un nivel récord de reservas internacionales) ya afectó seriamente la balanza comercial y el desempeño del segmento industrial orientado a la exportación.
Al mismo tiempo, la inflación cierra el año por encima de la meta oficial de 4.5 por ciento al año e inicia 2011 con tendencia al alza.
Bajo el gobierno de Lula 29 millones de personas salieron de la miseria, según cifras oficiales, pero casi la mitad de la población sigue sin acceso a saneamiento y la tasa de analfabetismo roza 10 por ciento.
Rousseff contará con parte del equipo de gobierno de Lula. Entre los 37 ministros y secretarios con rango de ministros, hay nueve mujeres, un hecho inédito en la historia del país sudamericano.
Una de sus promesas de campaña fue aumentar la participación femenina en el gabinete. A las nueve con rango de ministro deben sumársele otras 26 con rango de secretarios ministeriales y directivos de entes estatales.
La nueva presidenta nombró a una mujer en el estratégico Ministerio de Planificación, Miriam Belchior, a cargo del presupuesto.
En tanto, Ideli Salvatti estará en la cartera de Pesca; María del Rosario, Derechos Humanos; Helena de Barrios, Promoción de la Igualdad Racial; Isabella Teixeira, Medio Ambiente; Ana de Hollanda, Cultura; Iriny Lopes, Políticas Femeninas; Helena Chagas, Comunicación social; y Tereza Campello, Desarrollo Social.
En el plano externo, Rousseff asume el poder en medio de una incipiente crisis diplomática con Italia, ante la decisión adoptada por Lula en su último día de gobierno de no extraditar al ex militante de ultraizquierda italiano Cesare Battisti, condenado por cuatro asesinatos en su país.
La nueva presidenta dio posesión a los 37 ministros del gabinete con el que iniciará su gestión de cuatro años, de los cuales 15 pertenecieron al equipo del gobierno de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Roussef tomó juramento al equipo ministerial con el que inicia a partir de este sábado su gestión gubernamental, con la promesa de avanzar en el combate a la miseria y propiciar la unidad nacional, para llevar a Brasil por la senda del desarrollo.
El gabinete de la ex guerrillera, de 63 años, que se convirtió en la primera mujer en llegar al poder en Brasil, quedó conformado por 37 ministros, nueve de ellos mujeres y 15 “heredados” de la administración de Lula.
Entre las carteras estratégicas, Rousseff dio posesión a Guido Mantega en el Ministerio de Hacienda y a Antonio Palocci como titular de la Presidencia, cargo que ella misma ocupó durante el gobierno de Lula y que catapultó su popularidad.
“Mi compromiso es honrar a las mujeres y proteger al frágil”, dijo. Nombra nueve ministras.
Afp / La jornada
Publicado: 01/01/2011 11:03
Basilia. La economista Dilma Rousseff, de 63 años, se convirtió este sábado en la primera mujer presidente de Brasil, en sustitución del popular Luiz Inacio Lula da Silva, a quien rindió homenaje con un llamado a profundizar las reformas sociales de su gobierno.
Ex integrante de la resistencia armada a la dictadura militar (1964-1985), por lo que pagó con torturas y tres años de cárcel, y pieza fundamental del gobierno de Lula desde dos ministerios, Rousseff asumió el mando de la octava economía del mundo con un homenaje a su “padrino político”, quien la condujo a la Presidencia.
"El mayor homenaje (a Lula) es ampliar y avanzar las conquistas de su gobierno", afirmó Rousseff ante los miembros de las dos cámaras del Congreso que la aplaudieron de pie.
Rousseff señaló que Brasil tiene la "oportunidad" de convertirse en una "nación desarrollada" con "estilo brasileño" y un fuerte componente de sostenibilidad ambiental.
Para ello, llamó a la unión de las instituciones para mantener los buenos fundamentos que sostuvieron el crecimiento brasileño en los últimos años, y pidió especial apoyo al asumir el "compromiso con la erradicación de la pobreza extrema" en Brasil, donde 20 de los poco más de 190 millones de habitantes se encuentran en esa situación.
"Aún existe una pobreza que avergüenza a nuestro país", lanzó durante su primer discurso tras asumir el cargo ante el Congreso.
"No voy a descansar mientras haya en Brasil brasileños sin alimentos en su mesa, y niños pobres abandonados a su propia suerte", prometió, en medio de aplausos de los legisladores y jefes de Estado presentes en el Parlamento, entre ellos varios latinoamericanos.
Rousseff se comprometió, además, a profundizar la integración latinoamericana.
"Seguiremos empeñados en profundizar la integración con nuestros hermanos latinoamericanos", sostuvo ante el plenario del Congreso brasileño.
El nuevo gobierno brasileño buscará "asociar su desarrollo económico y político a nuestro continente", remarcó.
Rousseff enfatizó que pretende dar una "consistencia cada vez mayor al Mercosur" integrado por Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay, además de Chile y Bolivia como miembros asociados externos y Venezuela en proceso de adhesión.
"Vamos a dar especial atención a los países emergentes", aseguró.
"Profundizaremos las relaciones con Estados Unidos y la Unión Europea", añadió.
Rousseff, elegida para gobernar por cuatro años, llegó al Congreso bajo una intensa lluvia que obligó a modificar partes de la ceremonia, sin que ingresara a la Catedral de Brasilia.
Luego del Congreso, se dirigió al Palacio do Planalto donde Luiz Inacio Lula da Silva entregó a la presidenta Dilma Rousseff, la banda presidencial verde y amarilla en el punto culminante de la ceremonia de traspaso de mando a las puertas del palacio de Planalto, ante miles de brasileños y autoridades invitadas.
Dilma Rousseff llegó al Palacio presidencial en el Rolls Royce abierto acompañada de su hija. Subió a pie la rampa que conduce a la entrada principal del marmóreo y acristalado palacio, acompañada del vicepresidente Michel Temer, a las puertas del cual la esperaba Lula, quien poco antes había sido recibido con vítores y gritos de "Olé, Olé, olá, Lula, Lula", tanto por las autoridades dentro del palacio como por las multitudes fuera.
Lula abrazó emotivamente a Rousseff, quien fue su mano derecha en el gobierno como jefa de gabinete, y levantó los brazos de la flamante presidenta y del vicepresidente en señal de victoria. Con la transferencia de la banda presidencial, seguida del discurso a la nación de la nueva presidenta, concluye las ceremonias de investidura.
Lula, quien deja el poder con una popularidad récord de 87 por ciento después de ocho años de gobierno, pasará el mando a su “protegida política” e inmediatamente abandonará Brasilia rumbo a su residencia en Sao Bernardo do Campo, un suburbio obrero industrial, próximo de Sao Paulo, en donde gestó su liderazgo sindical en los años 70.
Rousseff pasará a ocupar el despacho principal del Palacio do Planalto en un momento de expansión sostenida de la economía, con una previsión de crecimiento de 7.6 por ciento del Producto Interno Bruto en 2011 y una tasa de desempleo de 5.7 por ciento en noviembre, un mínimo histórico.
No obstante, la supervalorización de la moneda local (que permitió la acumulación de un nivel récord de reservas internacionales) ya afectó seriamente la balanza comercial y el desempeño del segmento industrial orientado a la exportación.
Al mismo tiempo, la inflación cierra el año por encima de la meta oficial de 4.5 por ciento al año e inicia 2011 con tendencia al alza.
Bajo el gobierno de Lula 29 millones de personas salieron de la miseria, según cifras oficiales, pero casi la mitad de la población sigue sin acceso a saneamiento y la tasa de analfabetismo roza 10 por ciento.
Rousseff contará con parte del equipo de gobierno de Lula. Entre los 37 ministros y secretarios con rango de ministros, hay nueve mujeres, un hecho inédito en la historia del país sudamericano.
Una de sus promesas de campaña fue aumentar la participación femenina en el gabinete. A las nueve con rango de ministro deben sumársele otras 26 con rango de secretarios ministeriales y directivos de entes estatales.
La nueva presidenta nombró a una mujer en el estratégico Ministerio de Planificación, Miriam Belchior, a cargo del presupuesto.
En tanto, Ideli Salvatti estará en la cartera de Pesca; María del Rosario, Derechos Humanos; Helena de Barrios, Promoción de la Igualdad Racial; Isabella Teixeira, Medio Ambiente; Ana de Hollanda, Cultura; Iriny Lopes, Políticas Femeninas; Helena Chagas, Comunicación social; y Tereza Campello, Desarrollo Social.
En el plano externo, Rousseff asume el poder en medio de una incipiente crisis diplomática con Italia, ante la decisión adoptada por Lula en su último día de gobierno de no extraditar al ex militante de ultraizquierda italiano Cesare Battisti, condenado por cuatro asesinatos en su país.
La nueva presidenta dio posesión a los 37 ministros del gabinete con el que iniciará su gestión de cuatro años, de los cuales 15 pertenecieron al equipo del gobierno de su antecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.
Roussef tomó juramento al equipo ministerial con el que inicia a partir de este sábado su gestión gubernamental, con la promesa de avanzar en el combate a la miseria y propiciar la unidad nacional, para llevar a Brasil por la senda del desarrollo.
El gabinete de la ex guerrillera, de 63 años, que se convirtió en la primera mujer en llegar al poder en Brasil, quedó conformado por 37 ministros, nueve de ellos mujeres y 15 “heredados” de la administración de Lula.
Entre las carteras estratégicas, Rousseff dio posesión a Guido Mantega en el Ministerio de Hacienda y a Antonio Palocci como titular de la Presidencia, cargo que ella misma ocupó durante el gobierno de Lula y que catapultó su popularidad.
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