martes, 1 de septiembre de 2009

El espejismo de la recuperación

Ha sido profunda y devastadora, pero es posible que la peor recesión global desde la década de 1930 haya llegado a su fin. Encabezadas por China, las economías emergentes de Asia han revivido con rapidez, y varias se expanden a tasas anualizadas de más de 10% en el segundo trimestre. Algunas economías ricas también han regresado al crecimiento, aunque en forma más modesta, entre abril y junio. La producción de Japón se elevó a una tasa anualizada de 3.7%, y Alemania y Francia lograron crecer a poco más de 1%. En EU el mercado de la vivienda ha mostrado signos de estabilización, el ritmo de la pérdida de empleos se vuelve más lento y la gran mayoría de pronosticadores espera que la producción crezca entre julio y septiembre. La mayor parte de las economías son todavía mucho más pequeñas que hace un año. Sin embargo, desde una perspectiva trimestral, están doblando la esquina.

Ésta es una buena noticia. El primer paso en cualquier recuperación es que la producción deje de contraerse. Pero la pregunta más interesante es qué forma adoptará la recuperación. El debate se centra en torno a tres escenarios: V, U y W. Una recuperación en V sería vigorosa, al liberarse la demanda contenida. Una en forma de U sería más débil y vacilante. Y en una en forma de W, el crecimiento volvería por unos meses y luego volvería a caer.

Los optimistas alegan que la escala del descenso augura un fuerte repunte. Señalan que las más profundas recesiones de posguerra en EU fueron seguidas por vigorosas recuperaciones. En los dos años posteriores al bache de 1981-82, por ejemplo, la producción se expandió a una tasa anual de casi 6%, y en esta ocasión la producción ha caído aún más, y por más tiempo, que a principios de la década de 1980.

Los pesimistas, en cambio, piensan que los orígenes de este descenso favorecen una débil recuperación o una doble inmersión. A diferencia de las recesiones típicas de posguerra, este bache fue precipitado por una bancarrota financiera, no por las altas tasas de interés, y cuando los deudores sobrendeudados necesitan reconstruir sus balances y sus sistemas financieros requieren reparación, el crecimiento puede ser débil y descarrilar fácilmente durante años. La crisis bancaria de la década de 1990 en Japón dejó la economía estancada durante una década; un prematuro aumento de impuestos en 1997 la volvió a hundir en la recesión.

V de vulnerable

Ninguno de estos paralelismos es exacto, porque el bache global actual combina varios tipos de descensos y una respuesta política sin precedente. En economías que fueron de burbuja, es sobre todo una recesión a nivel de balances contables. El consumo impulsado por el endeudamiento ha caído, pero la escala del colapso fue ensanchada y profundizada por el congelamiento de la maquinaria del financiamiento global, un dramático derrumbe de la confianza y la reducción de inventarios. Luego fue contrarrestada por el estímulo más grande de la historia. La forma de la recuperación depende de cómo interactúen esas fuerzas.

A corto plazo la forma podría parecer engañosamente una V, conforme el estímulo surta efecto y el ciclo de inventarios se invierta. En Asia emergente, el descongelamiento del financiamiento al comercio, una revaloración de las acciones y un fuerte estímulo fiscal están produciendo un repunte. El apoyo del gobierno, en especial los subsidios al empleo y los incentivos para comprar autos nuevos, han impulsado la demanda en Alemania y Francia. Al aumentar los pedidos de exportación y crecer la confianza, los próximos meses podrían ser sorprendentemente boyantes. Aun en EU, el estímulo fiscal está prendiendo, el esquema “dinero por chatarra” es un gran impulso, aunque temporal, a la producción, y las empresas, tarde o temprano, dejarán de recortar inventarios.

Sin embargo, un repunte basado en ajustes de inventarios es necesariamente temporal, y uno basado sólo en el estímulo gubernamental no durará. Más allá de estos dos factores hay poca razón para celebrar. El mercado de la vivienda en EU podría volver a languidecer conforme los embargos aumenten, el alto desempleo cobre su precio y un crédito fiscal temporal para los compradores de vivienda termine. Aun si la vivienda se estabiliza, el gasto de consumo se mantendrá débil mientras los hogares pagan sus deudas. En EU y otras economías posteriores a la burbuja, un verdadero repunte en V parece fantasioso. En otras partes ocurrirá sólo si una vigorosa demanda doméstica recoge la estafeta del estímulo gubernamental. En Japón y Alemania, donde el desempleo aún crecerá, eso parece improbable.

Las probabilidades son mejores en economías emergentes, en especial en China. Pero aun ahí se necesita un conjunto de reformas, desde una divisa más fuerte hasta una reforma de los subsidios, para elevar el ingreso de los trabajadores y alentar el consumo. Hasta que esa transición ocurra, la recuperación global será frágil y probablemente muy débil. Una sombría U, con un fondo largo y plano de crecimiento débil, es la forma más probable de los próximos años.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

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