lunes, 12 de enero de 2009

Legado del muralista

Excelsior.

Patricia Cordero

En el Museo Diego Rivera-Anahuacalli se exhiben las más de 59 mil piezas de arte prehispánico que el muralista reunió a lo largo de muchos años.

La arquitectura del espacio está concebida como una “Ciudad de las artes”, donde Rivera planeaba que coincidieran la música, el teatro, la danza y la artesanía en un entorno abierto.

La construcción del museo apenas había comenzado cuando el muralista falleció en 1957, pero Dolores Olmedo apoyó económicamente para que se concluyera en 1963 y se inaugurara un año después.

El diseño del recinto esta inspirado en la cultura teotihuacana y evoca a Tláloc, el dios de la lluvia.

El edificio del museo está construido con piedra volcánica del mismo terreno, proveniente de la erupción del Xitle, mientras que los plafones fueron hechos por Rivera con piedras traídas de Taxco, Guerrero

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