sábado, 13 de diciembre de 2008

Salvemos a las tres grandes por ti y por mí

Michael Moore

La jornada.Traducción: Ramón Vera Herrera

http://www.michaelmoore.com/

Salvemos a las tres grandes por ti y por mí

Miércoles 3 de diciembre de 2008. Amigos: Manejo un automóvil estadunidense. Es un Chrysler. Eso no implica respaldo o aprobación. Es más bien un grito pidiendo piedad. Ahora, en aras de la historia que lleva contándose por décadas y que vuelven a contar decenas de millones de estadunidenses, un tercio de los cuales no quiso recurrir a su país con tal de encontrar un maldito modo de ir a trabajar en algo que no se descomponga, les digo: mi Chrysler tiene cuatro años. Lo compré porque se mueve suave y es confortable. Daimler-Benz era dueño de la compañía en el momento y tuvo la buena gracia de colocar el chasis Chrysler sobre un eje Mercedes, y, caray, que dulce paseo.

Cuando podía arrancar.

Más de una docena de veces en estos años, el carro simplemente se murió. Se le cambiaba la batería, pero ése no era el problema. Mi pá también maneja el mismo modelo. Su carro se le murió muchas veces también. No arrancaba, y nunca había razón
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