sábado, 30 de enero de 2010

Un culto a la mujer

La Paz. La infinidad que describe en cada una de sus obras resume la admiración apasionada que conserva por la mujer, la que en los últimos años se ha convertido en su principal musa para crear sus obras de arte.

Este homenaje a la feminidad que hace el escultor Mario Corea Santos surgió hace más de una década, tiempo que le ha servido para desarrollarse en el arte abstracto.

El escultor Corea, quien es originario de Tegucigalpa, se mudó hace diez años a la pacífica ciudad de La Paz, con el propósito de desempeñarse como docente en el área de artes plásticas en la Escuela Normal Mixta de esa localidad.

Su estadía en este departamento ha causado una influencia social en su persona, la que plasma al momento de diseñar sus esculturas a base de madera.

El simbolismo social que transmite en cada escultura hace reverencia a los distintos trabajos que realiza la mujer en el campo, y al sentimiento puro que caracteriza a este ser sublime como un fiel reflejo de una de las obras más perfectas de la creación divina, tal y como la describe este habilidoso escultor amante de la vida.

Desde su residencia ubicada en la colonia Bella Vista, en la ciudad de La Paz, Corea ha acondicionado parte de su casa para utilizarla como el taller de tallado donde da forma a las figura del género femenino.

MOLDE ESCULTÓRICO.

Entre los otros temas que aborda Corea en cada una de sus obras se encuentra la relación amorosa que fluye entre la pareja y la maternidad, puntos humanos que nutren el molde de sus esculturas.

En sus inicios como artista de la pintura pretendía analizar la técnica del óleo, pero sus estudios en el campo del arte lo guiaron a descubrir su verdadera vocación por la escultura, destreza que lo ha consagrado para obtener el primer lugar en la IX bienal de escultura y cerámica que se llevó a cabo hace cuatro años.

Corea también concentra sus esfuerzos artísticos en la pintura, pero sus energías son superadas cuando pone en práctica la técnica de esculpir en madera, la que en algunas oportunidades plasma en el mármol, piedra y metal.

IMAGEN DE HECHOS.

La visión que rodea a este artista de la escultura también se basa en el entorno de la ciudad de La Paz, donde gran parte de la población femenina se enfrenta al desempleo que padece su departamento, por lo que utiliza su ingenio para vender su fuerza de trabajo y subsistir.

Según Corea, normalmente este hecho es vivido por aquellas mujeres que no cuentan con el apoyo de un esposo que les ayude a fortalecer la economía de sus hogares, por lo que ponen en práctica sus esfuerzos para trabajar en la agricultura, lavando ropa y haciendo otros trabajos que generalmente son realizados por los hombres.

Esta realidad que acompaña a la mujer de La Paz constituye uno de los temas sociales que plasmó en una de sus esculturas, denominada “La lavandera”. La silueta de esta obra de arte hace referencia al trabajo físico al que es sometida la mujer a causa de la pobreza en que vive.

ORGANIZACIÓN DE LAS ARTES.

Una de las metas que intenta llevar a cabo este docente y escultor es la de agrupar a los artistas de La Paz para fortalecer sus habilidades y obtener resultados que contribuyan con el desarrollo del arte en esta comunidad.

La alternativa alentaría a los creadores del arte para llevar a cabo un plan que genere diferentes exposiciones en varios sectores de ese departamento y en distintas ciudades del país.

Mientras este proyecto se lleva a cabo con el objetivo de incentivar el arte entre los pobladores, Corea seguirá desarrollando sus bellas y valiosas escultoras que rinden culto a la mujer.

El Heraldo.HN

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