El chou de las comparecencias
Jorge Moch
tumbaburros@yahoo.com
El chou de las comparecencias
Para Roberto López Santoyo
Las emisiones del Canal del Congreso suelen ser narcóticas, adversas al canon televisivo que pretende siquiera mantener despierto al televidente: curules vacías, diputadas y diputados que más parecen salidos del escarnio caricaturista de Patricio o el Fisgón que haber llegado al mundo para perseguir una ambiciosa, lucrativa carrera política –mejor ni hablar de vocación de servicio público, de oficiar la legislatura en beneficio del pueblo, de honrar con trabajo denodado la alta encomienda del voto, esas fruslerías–, desparramados, bostezando, perdidos en la vacuidad que los habita allí, en ese espacio que ocupan en la Cámara, tragándose descaradamente unas garnachas, o cabeceando su aburrimiento ante lo que se esté expresando en el podio, sacándose la mugre de las uñas haciendo que escuchan, pero pensando en otras cosas, en sus negocios, en las jugosas tajadas que muchos ordeñan por ahí en lugar de gestionar bienestar social a sus presuntos votantes o, como si estuvieran en cualquier restaurante –o bar– de los muchos que visitan con cargo al erario, pegados a un teléfono celular que tapan con la mano libre como para ocultar tejemanejes, transas que amasan en ese momento, o ya en cháchara jovial con sus pares, aunque uno de ellos, insiste este aporreateclas, se desdoble ante el micrófono, engolado en oratorias de concurso o se desgañite inundando con reverberantes vituperios contra cualquiera que no sea miembro de su partido, el manoseado recinto parlamentario.
Como alguna cordura queda, no suelo mirar la nada que pasa y repasa en el Congreso, pero hay deliciosas, sorprendentes, picantes excepciones que se sitúan en el otro extremo del espectro del entretenimiento y hasta, sí, el cumplimiento cabal de la razón de existir del Canal del Congreso: informar. Esas excepciones se llaman comparecencias, y son el enojoso, obligatorio por mandato de ley, tener que enfrentar la recua de inútiles, ñoños e improvisados secretarios de Estado que conforman el gabinete espurio del presidente usurpador, a los pocos diputados que se atreven a cuestionarlos de veras al hacer glosa del Informe de Gobierno de aquél que, como ya sabemos, ni de chiste se para en la Cámara, porque el miedo no anda en burro (sino en helicóptero y con guaruras) y para qué ponerse en tentadero si se tiene a mano esa valla humana de encorbatados inútiles tras la que parapetarse cómodamente y sentarse, seguramente como cualquiera de nosotros, a ver cómo les tupen a sus subalternos hasta por debajo de la lengua con cifras, verdades, señalamientos y certeros cuestionamientos, datos fríos, estadísticas incontrovertibles y demás herramientas de la realidad que ninguna armadura nimia de retórica flatulenta, ni los muchos recursos de la falsa indiferencia pueden aminorar.
No todos los diputados asistieron con ánimo lapidario, desde luego, a las comparecencias de los secretarios de Hacienda, Ernesto Cordero; de Seguridad, Genaro García o de Gobernación, Francisco Blake, porque no todos tienen los arrestos suficientes o porque pertenecen a bancadas que procuran su cobijo y complicidad mendaz. Pero el diputado del Partido del Trabajo, el polémico y odiado por la derecha José Gerardo Fernández Noroña fue basto y suficiente para tundir a los engolados señoritos que llegaron ante la soberanía parlamentaria de la República a contar cuentos gozosos y, para decirlo en llano mexicano, hacerle al pendejo. Como desde luego ni en Televisa ni en TV Azteca se van a poder ver repeticiones de tan deliciosos momentos de la televisada política nacional, aquí quedan extractos “colgados” en internet para provechito del respetable (que no sea panista o comparsa de la oligarquía, se entiende); en todos los casos esta es la primera parte, y allí mismo se puede consultar la segunda de cada encontronazo: Fernández Noroña versus Blake: http://www.youtube.com/watch?v=VB6Hr5HEkWk&feature=related.
El segmento en que arrea a Cordero: http://www.youtube.com/watch?v=sNg-4SLzoG8&feature=related.
De postre, las incomodidades del director escénico y secretario de seguridad pública ante la contundencia de las acusaciones del diputado: http://www.youtube.com/watch?v=GOGZ4f_QYuc.
Deléitese el respetable. O aguante el vómito y sirvan las ruinosas comparecencias de los fantoches del régimen para meditar sobre la calaña que dice gobernar este país, con obscenos gastos fatuos y violentos recortes presupuestarios a lo poco que nos queda para vacunar el futuro contra la violencia y la degradación social: educación y cultura.
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