De forma alta y persistente, AL es la región más desigual del mundo
En Uruguay, la menor desigualdad de ingresos
Uno de cada seis latinoamericanos depende de programas de ayuda social como Oportunidades, en México, señala estudio de la Cepal
En las calles de Asunción, ParaguayFoto Reuters
Afp
Periódico La Jornada
Jueves 9 de septiembre de 2010, p. 28
Lima, 8 de septiembre. América Latina y el Caribe forman la región más desigual del mundo, y esa característica “alta y persistente” es la mayor traba para reducir la pobreza, reporta el más reciente informe del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entregado el miércoles a la agencia de noticias Afp en Lima.
El Informe sobre desarrollo humano para América Latina y el Caribe 2010, que será presentado el jueves, subraya que la desigualdad en la región es 65 por ciento más elevada que en los países de ingresos altos, 36 por ciento mayor a la observada en Asia oriental y 18 por ciento más alta que en África subsahariana.
“Si se desagrega por subregiones, se observa que entre la década de 1990 y la de 2000 el coeficiente se agrava en los países de Sudamérica, mientras se mantiene en América Central”, anota el documento, que propone “romper la transmisión intergeneracional de la desigualdad”.
El documento muestra que en seis países de la región el índice de desarrollo humano (IDH) cae en más de 20 por ciento cuando se aplica el indicador de desigualdad, que otorga mayor ponderación a los limitados logros alcanzados por los individuos de las clases menos favorecidas. Estos países son Nicaragua, Bolivia, Honduras, Colombia, El Salvador y Guatemala. En séptimo lugar se ubica Perú.
“El país con la menor desigualdad de ingresos es Uruguay, y el más desigual es Bolivia”, destaca el informe, el cual subraya que esta nueva medición con el ajuste sobre desigualdad muestra que todos los países de la región han tenido niveles de desarrollo menores a los considerados anteriormente.
El PNUD intenta de esta manera llamar la atención sobre las brechas que existen en los niveles de desarrollo dentro de los países, y presenta otros indicadores que explican la desigualdad, como origen étnico, género, lugar de residencia y acceso a servicios básicos e infraestructura.
Por ejemplo, señala que en América Latina la población de origen europeo (blanca) obtiene mayores réditos de la educación que la población indígena y afrodescendiente, cuyo acceso a ese derecho desciende con los años.
En cuanto a las brechas de acceso a servicios e infraestructura, el PNUD precisa que Perú es el país con la mayor desigualdad en el acceso al agua potable, pues la diferencia entre la quinta parte más rica de la población y la quinta parte más pobre alcanza 57 por ciento; le sigue Nicaragua, con 52 por ciento.
Los países con las menores brechas son Chile (5 por ciento), Argentina y Costa Rica (4), y Uruguay (2). En cuanto a la provisión de electricidad, la brecha en Perú alcanza 55 por ciento, mientras en Chile es de uno por ciento, detalla el informe.
De acuerdo con el PNUD, la desigualdad en América Latina no sólo es pronunciada sino persistente, pues las brechas han variado muy poco desde la década de 1970.
Se hace notar que mientras la evolución de la desigualdad en América Central mostró una pauta de disminución constante desde principios de los años 90, en el cono sur y la región andina de Sudamérica la desigualdad se incrementó durante los años noventa y no fue hasta la mitad de la década siguiente cuando presentó una disminución importante.
Ante esta situación el PNUD sostiene que “sí es posible romper el círculo vicioso de la desigualdad”, pero no sólo con mayor inversión social, sino con políticas que lleguen a los sectores más pobres, lo que implica además una mejor redistribución de los ingresos.
Los rostros de la pobreza
“La pobreza tiene rostro de niño, de mujer y de indígena. Ése es nuestro problema, y está muy concentrado”, advirtió Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), al presentar un informe de agencias de Naciones Unidas.
El documento: El progreso de América Latina y el Caribe hacia los objetivos de desarrollo del milenio, señala que a finales de 2008 América Latina logró alcanzar 85 por ciento del objetivo de reducir su número de pobres extremos a la mitad, mientras en el este asiático la meta se alcanzó en 95 por ciento.
Se considera en pobreza extrema a las personas que viven con menos de 1.25 dólares al día y el objetivo de reducir el número de pobres extremos a la mitad en el mundo en 2015 es uno de los ocho Objetivos del Milenio adoptado por los miembros de la ONU en 2000.
La pobreza extrema afectaba a unos 71 millones de personas en la región a finales de 2008, y la pobreza general a 180 millones, según cálculos de la Cepal.
El reporte señaló que uno de cada seis latinoamericanos depende en la actualidad de programas de ayudas sociales, como Oportunidades, en México, o Bolsa Familia, en Brasil.
El segundo objetivo del milenio es reducir también a la mitad el número de personas que padecen hambre de aquí a 2015, pero en América Latina sólo 15 países lo lograron a finales de 2008, explica el informe.
El peor comportamiento de la región se refiere a la mortalidad materna. En 2005 ocurrieron poco más de 5 mil muertes de mujeres a la hora de dar a luz. Para 2015 los miembros de la ONU acordaron reducir la tasa de mortalidad materna en tres cuartas partes, pero América Latina “no avanza de manera manifiesta” hacia ese objetivo, advierte el texto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario