bazar de asombros. La Jornada semanal.
UN LIBRO DE LÓPEZ OBRADOR
Entre gira y gira, largos viajes a sierras sin caminos, a desiertos, planicies y selvas, reuniones y más reuniones, discursos ante multitudes entusiastas o pláticas con pequeños grupos de campesinos que languidecen en pueblos olvidados, Andrés Manuel López Obrador se ha dado el tiempo necesario para escribir un excelente libro en el que describe con precisión notable las características de la mafia que controla la vida sociopolítica y económica de México. Pienso que, en buena medida, Andrés Manuel recordó aquello que Gramsci llamaba “el aparato de coherencia interna del sistema capitalista”. En el caso de México, ese aparato funciona con precisión siniestra. Está integrado por la clase política, los empresarios, los banqueros, los dueños de los medios de comunicación de masas, los líderes charros expertos en corrupción (los visualizo pensando en el mural de Orozco en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara); las organizaciones religiosas (salvo algunas encomiables excepciones ubicadas en el campo de la teología de la liberación) y los alicuijes, turiferarios y genuflexos que están al servicio del terrible aparato y que son expertos en obediencia ciega y en cánticos de alabanza.
En el libro de Andrés Manuel encontramos los aspectos más dolorosos e indignantes de nuestra actual tragedia, y el autor nos da los argumentos necesarios para reafirmar nuestra convicción de que la mafia ha hundido al país en la miseria, la violencia, la corrupción y la superchería. Mucho le agradecemos el esfuerzo descomunal que ha hecho para entregarnos su visión bien documentada, sincera y valiente de la actual situación de la república. No es frecuente que un político se tome el tiempo necesario para escribir un libro donde se reúnen la seriedad académica, la claridad y la transparencia en el estilo.
Padecemos un régimen de derecha que abomina del Estado laico y, disfrazado de virtuoso, ataca y viola los derechos humanos que, en la mayor parte de las sociedades de los distintos países del mundo, son ya, desde hace tiempo realidades cotidianas. Se nos desgobierna con torpeza y desvergüenza, se nos hunde en la violencia de una guerra sin rumbo y sin sentido; la situación económica de las clases populares es angustiosa y el aumento de la riqueza de los señores de la mafia es cada día más insultante y desproporcionado.
A pesar de tantas desgracias y tanto cinismo, a pesar de que el llamado gobierno tira a diestra y siniestra palos de ciego en todos los campos de la vida del país, este libro le da albergue a una esperanza basada en la fé que López Obrador tiene en la sociedad civil, en el pueblo de este país humillado y ofendido, pero capaz, como nos lo dice la historia, de levantar la cabeza y de hacer los movimientos necesarios para recuperar la dignidad, enmendar el camino y escribir su propia historia sin que la mafia pergeñe el guión y lo difunda a través de los medios, especialmente los electrónicos.
Hay en este libro una esperanza con raíces firmes. Su autor ha recorrido el país varias veces hablando con el pueblo. El libro tiene las virtudes de ese diálogo abierto y sincero. Es un importante acto civilizatorio, pues la política pertenece a lo mejor de la vida cultural, y la cultura es, sobre todas las cosas, un diálogo humano.
jornadasem@jornada.com.mx
Entre gira y gira, largos viajes a sierras sin caminos, a desiertos, planicies y selvas, reuniones y más reuniones, discursos ante multitudes entusiastas o pláticas con pequeños grupos de campesinos que languidecen en pueblos olvidados, Andrés Manuel López Obrador se ha dado el tiempo necesario para escribir un excelente libro en el que describe con precisión notable las características de la mafia que controla la vida sociopolítica y económica de México. Pienso que, en buena medida, Andrés Manuel recordó aquello que Gramsci llamaba “el aparato de coherencia interna del sistema capitalista”. En el caso de México, ese aparato funciona con precisión siniestra. Está integrado por la clase política, los empresarios, los banqueros, los dueños de los medios de comunicación de masas, los líderes charros expertos en corrupción (los visualizo pensando en el mural de Orozco en el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara); las organizaciones religiosas (salvo algunas encomiables excepciones ubicadas en el campo de la teología de la liberación) y los alicuijes, turiferarios y genuflexos que están al servicio del terrible aparato y que son expertos en obediencia ciega y en cánticos de alabanza.
En el libro de Andrés Manuel encontramos los aspectos más dolorosos e indignantes de nuestra actual tragedia, y el autor nos da los argumentos necesarios para reafirmar nuestra convicción de que la mafia ha hundido al país en la miseria, la violencia, la corrupción y la superchería. Mucho le agradecemos el esfuerzo descomunal que ha hecho para entregarnos su visión bien documentada, sincera y valiente de la actual situación de la república. No es frecuente que un político se tome el tiempo necesario para escribir un libro donde se reúnen la seriedad académica, la claridad y la transparencia en el estilo.
Padecemos un régimen de derecha que abomina del Estado laico y, disfrazado de virtuoso, ataca y viola los derechos humanos que, en la mayor parte de las sociedades de los distintos países del mundo, son ya, desde hace tiempo realidades cotidianas. Se nos desgobierna con torpeza y desvergüenza, se nos hunde en la violencia de una guerra sin rumbo y sin sentido; la situación económica de las clases populares es angustiosa y el aumento de la riqueza de los señores de la mafia es cada día más insultante y desproporcionado.
A pesar de tantas desgracias y tanto cinismo, a pesar de que el llamado gobierno tira a diestra y siniestra palos de ciego en todos los campos de la vida del país, este libro le da albergue a una esperanza basada en la fé que López Obrador tiene en la sociedad civil, en el pueblo de este país humillado y ofendido, pero capaz, como nos lo dice la historia, de levantar la cabeza y de hacer los movimientos necesarios para recuperar la dignidad, enmendar el camino y escribir su propia historia sin que la mafia pergeñe el guión y lo difunda a través de los medios, especialmente los electrónicos.
Hay en este libro una esperanza con raíces firmes. Su autor ha recorrido el país varias veces hablando con el pueblo. El libro tiene las virtudes de ese diálogo abierto y sincero. Es un importante acto civilizatorio, pues la política pertenece a lo mejor de la vida cultural, y la cultura es, sobre todas las cosas, un diálogo humano.
jornadasem@jornada.com.mx
No hay comentarios:
Publicar un comentario