La solidaridad con el pueblo de Haití nace de la memoria histórica

Migrantes mexicanos y la venezolana CITGO enviarán ayuda

David Brooks

Corresponsal

Periódico La Jornada
Sábado 16 de enero de 2010, p. 16

Nueva York, 15 de enero. Para algunos, la solidaridad nace de la memoria histórica.

Esta mañana el ejecutivo en jefe y presidente de la empresa petrolera CITGO, Alejando Granado –firma establecida en Estados Unidos y que es del gobierno de Venezuela–, y el embajador de esa nación sudamericana en Estados Unidos, Bernardo Álvarez, se reunieron aquí para empezar a delinear la respuesta de la compañía a la crisis en Haití, empleando sus equipos y capacidad de transporte.

Pero esto no es más que sólo otra empresa en Estados Unidos ofreciendo apoyo. La liberación de Venezuela empezó en Haití hace 200 años, explicó el diplomático Álvarez en un acto en la histórica iglesia Riverside, en el podio en que figuras como el reverendo Martin Luther King y Nelson Mandela ofrecieron mensajes de lucha y solidaridad por la justicia social y la paz.

Cuando los libertadores de Venezuela solicitaron el apoyo de las naciones del mundo, sólo una respondió: Haití, contó. Pero el presidente haitiano Alexandre Peteon puso una condición: abolir la esclavitud.

Francisco de Miranda partió de Nueva York con la primera expedición libertadora de Venezuela y pasó por Haití, donde recibió el apoyo de ese gobierno, incluyendo armas. Ese país, la primera república independiente del continente, nos dio eso. Todos tenemos una deuda con Haití.

Lo humanitario y lo humano

Las principales organizacions de caridad del país, mas grupos humanitarios de todo tipo, como la Cruz Roja –trabajando con el Departamento de Estado–, y otros están recaudando millones. Los profesionales de las crisis naturales están en acción desde lujosas oficinas, mientras otras más modestas han establecido centros de acopio de alimentos, agua y medicinas. Tiendas de lujo han establecido lugares para enviar ropa, y artistas y programas de televisión solicitan la cooperación de los ciudadanos. Todo, claro, en tono humanitario.

Pero también están participando a su manera algunos de los más pobres de esta nación. Por ejemplo, la Coalición de Trabajadores de Immokalee, organización de jornaleros, en una de las esquinas más pobres del país en el sur de Florida está recaudando alimentos y fondos entre la comunidad de mexicanos y caribeños, entre ellos haitianos, dedicados a la cosecha de jitomates.

Por las heladas de las últimas dos semanas en Florida, muchos no han tenido trabajo, pero eso no ha impedido una respuesta abrumadora. “Como hemos aprendido de tantas tragedias en el pasado, estos son los tiempos en que lo mejor de la naturaleza humana –nuestra capacidad por el amor y todo lo que el amor hace posible– surge, en desafío a todo el horror”, declara la organización en un comunicado. Utilizando su estación de radio de potencia baja, Radio Conciencia, los integrantes de dicha coalición lanzaron su campaña, la cual ha tenido una respuesta conmovedora. Jornaleros y sus familias han donado agua, ropa y alimentos para enviarlos a Haití.